JULIO ZENON FLORES
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ha
hilado dos triunfos seguidos en la gubernatura del estado de Guerrero, analiza
con preocupación la incursión del partido estatal Sinergia Social, formado por
afines al ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.
Uno era el escenario con la participación del Movimiento
de Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador, ya que el
fantasma de la postulación de candidato propio por parte de esta fuerza
política en vías de registro, estaba más o menos solucionado con postular a uno
de los dos recomendados por el Peje, pero la irrupción de una nueva fuerza,
cuya característica es no priista, más bien ciudadana clasemediera, que ha
jugado un papel importante en los triunfos electorales de la izquierda, eso ya
es otra cosa.
Pese a todo, en el PRD no se ha perdido de vista que el
enemigo fundamental es el PRI, no las otras corrientes izquierdistas y ha
cultivado una política de alianzas capaz de sacrificarlo todo, para impedir el
regreso del tricolor a Casa Guerrero. Incluso al grado de perder ganando, es
decir, entregar el poder a un aliado, que llegue el nivel de marginar a los
perredistas, a cambio de la formalidad de mantener el poder, pues eso le
representa imagen y prerrogativas.
Así lo demostró, por ejemplo, cuando postuló por primera
vez a Zeferino Torreblanca Galindo, como alcalde, quien una vez que triunfó
sólo ofreció al partido del sol azteca, la dirección de Panteones; y lo volvió
a hacer cuando fue gobernador, como lo ha hecho también el actual mandatario
que gobierna con su familia y amigos priistas.
También lo ha demostrado en Oaxaca, donde dice que ganó,
aunque el que gobierna es MC y en Puebla, donde gobierna el PAN, gracias al PRD
y en Sinaloa, donde gobierno uno de los dos pris en que se partió el tricolor.
En ese sentido, hubiese bastado con postular a Luis
Walton y eso hubiera amarrado al partido Movimiento Ciudadano, que sólo tiene
presencia en Acapulco y dos municipios pequeños más, pero que era suficiente
para obtener un colchón de votos en el puerto, suficiente para ganar el estado.
Esa alianza habría hecho gobernador a Walton y alcalde a Angelito, el PRI se
hubiese tenido que conformar con una nueva derrota.
Con Zeferino, las cosas se ponen duras para el sol
azteca. Si el ex gobernador se lanza por Acapulco, se le considera un voto, en
primera instancia, seguro de entre 30 mil y 40 mil votos, pero, si la sociedad,
harta de la inseguridad agudizada en el estado, del cinismo de guardarse las
despensas para el hijo, de un mediocre gobierno municipal en Acapulco, sale a
votar, y no hay porqué dudar que lo haga, esa votación se podría elevar hasta
70 u 80 mil sufragios, que en un escenario dividido, dado que esos mismos se le
restarían a la alianza PRD-MC-Morena, y con el PRI con un candidato (o
candidata) fuerte, cualquiera, PRI, PRD o Sinergia, podría ganar. Ya no habría
nada seguro para el angelito y, de rebote, esos mismos votos los podría perder
en la elección estatal, por lo cual el candidato del PRI, tendría una gran
posibilidad de ganar la gubernatura. ¿Y qué tal si Sinergia y el PRI hicieran
alianza de facto?
Pero ¿y si Lázaro Mazón, al verse desplazado, del PRD se
lanzara por Morena, apoyado por sus aliados del PRI y del PRD? ¿No podría
acaso, con el respaldo de AMLO, pelear por su parte un triunfo en la
gubernatura?
En esta bendita democracia, todo es posible y hoy, todo
parece jugar en contra de las cúpulas del PRD.
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