* Espera la resolución de la CNDH
Elsa Zamora Acosta
Marta Isabel Barrios De la Cruz, indígena, artesana y vendedora en
playas acapulqueñas, quien fue acusada de robo en una tienda de
autoservicio de la Costera Miguel Alemán, no sin antes de ser
maltratarla y humillada, narró a integrantes de Mujeres de Prensa en
Guerrero, la forma en que sucedieron los hechos, el pasado 19 de febrero.
Acompañada de la directora de Grupos Étnicos del Municipio de Acapulco
e integrante de la organización de Mujeres Indígenas radicadas en
Acapulco, Magdalena Valtierra García, de su hermana Manuela Barrios De
la Cruz y de Petra Reyes Lorenzo, traductora de la lengua náhuatl,
Marta Isabel , apenas si levantaba la mirada mientras era escuchada su
queja por las periodistas, en su sesión semanal.
Tal vez su nombre no diga nada, y si pasa junto a nosotras tampoco,
porque Marta Isabel, a pesar de que tiene 27 años de edad, es una mujer
menudita, de baja estatura, frágil, morena, de mirada triste, no rebasa
los 40 kilos de peso, no habla el castellano y pareciera que quiere
pasar desapercibida porque casi no se escucha su voz, en su lengua
indígena; ella, como casi todas sus compañeras artesanas, lleva puesto
un mandil de cuadros, que es una forma de unificarse unas con otras.
Con huellas todavía visibles, que le dejaron las esposas, refiere
Marta Isabel, con sus pequeños ojos húmedos por el llanto, que cuando ya
había comprado y pagado su mercancía, en la tienda Soriana ubicada en
la Costera Miguel Alemán, los empleados de la tienda la acusaron de que
se quería robar unos desodorantes, lo que aprovecharon para maltratarla
y jalarla del cabello; llamaron a empleados de seguridad de la
tienda, quienes le quitaron su comprobante de compra y no conforme con
ello, llamaron a la policía turística, cuyos integrantes llegaron para
volver a humillarla, esposarla, romper su mandil y arrebatarle 90 pesos
que llevaba consigo.
Sin embargo no sólo es su testimonio,
sino el de mucha gente que vio cómo la golpeaban y a empujones la
subieron en una camioneta; que algunas personas todavía gritaron que la
dejaran de lastimar, y que los policías turísticos hicieron caso omiso
de la gente.
Por su parte Magdalena Valtierra de Grupos
Étnicos, dijo que pidió a la tienda la grabación de la evidencia de que
había robado Marta Isabel, pero no entregaron nada, lo que dio pie para
levantar una denuncia, sobre todo, por la forma en que fue tratada. Por
su figura frágil, pensaron que se trataba de una niña y a través de las
redes sociales y los medios de comunicación se dio a conocer este hecho,
que por el abuso ejercido contra esta mujer ha provocado reacciones de
indignación.
Asimismo Valtierra comentó que el caso también
llegó a la Comisión de Derechos Humanos, toda vez que han visitado a
Marta Isabel, para informarla que van a tomar este caso para apoyarla.
En voz de la traductora Petra Reyes, se dio a conocer que tanto Marta
Isabel como su hermana Manuela llegaron hace 14 años de Tlamamacán, que
es una población que queda a media hora de Chilpancingo en el estado de
Guerrero, donde se habla la lengua materna; y así, como otras mujeres
que llegan de varias comunidades, ellas se establecen en habitaciones
que rentan en la calle Miguel Lerdo de Tejada, en el centro de Acapulco,
de donde parten a diferentes lugares a vender sus collares, bisutería y
artesanías de concha de coco; en su caso, Marta Isabel recorre las
playas de Tamarindo a la Condesa, por ello, además de su color moreno
delata su cara quemaduras que quedan cuando se camina de sol a sol;
otras compañeras se quedan en el Zócalo de Acapulco y otras más en
varias colonias de la ciudad, pero al respecto, sostuvo Magdalena
Valtierra, a todas ellas se deben de respetar sus derechos y tratar con
dignidad.trasfondoinf@hotmail.com
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