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Julio Zenón Flores
La forma en que se vienen dando los
acontecimientos políticos en Acapulco, merece una atención especial de los
expertos en el tema.
En mi modesta opinión hay dos
posibilidades:
1.- Lo ocurrido en Iguala, con la
desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, la lucha por su presentación con
vida y todo el fenómeno social desarrollado en torno suyo, incluyendo el
reconocimiento internacional a ese movimiento como una lucha legítima del pueblo
lastimado por un gobierno corrupto infiltrado por el narco, han hecho a la
clase política estatal (y nacional) entender que las cosas no podían seguir
igual y a sectores tradicionalmente apartidistas, sobre todo empresariales, les
abrió los ojos de que no podían dejar todo en manos de los políticos o
2.- Se trata de una meticulosa
estrategia desde los Pinos, operada por René Juárez y Manuel Añorve, para
recuperar Guerrero y Acapulco, tope donde tope, impulsando en realidad una
elección de estado para hacer ganar a su partido. En cristiano, bajar a Evodio
Velázquez, quien aparece como el favorito en todas las encuestas.
Aunque en realidad puede darse también
una combinación de ambos escenarios, los elementos que nos llevan a plantear
esas dos consideraciones son:
a) Manuel Añorve, el hombre fuerte del
PRI en Acapulco, se hace a un lado y no coloca en la candidatura a la alcaldía
a ninguno de los suyos.
b) El otro grupo poderoso en Acapulco,
el figueroista, tampoco pudo colocar a su directo representante, el diputado
Rubén Figueroa Smutny, por decisión directa del CEN priista e instrucción
precisa desde los Pinos
c) El PRI postula a un profesionista
muy poco ligado a la actividad partidista, que no pertenece a ninguno de los
grandes grupos, pero que en primera instancia da la imagen de debilidad, de estar
solo, ante el rechazo de los otros aspirantes fuertes como Fermín, Rubén,
Rodolfo.
d) El PVEM se desliga del PRI y lanza a
un joven empresario que no había participado en la política y menos en las
elecciones, pero que si tiene una importante experiencia en materia de
seguridad pública.
e) El PAN lanza a Zeferino Torreblanca
Galindo, un ex gobernador que conserva un buen capital político entre los
acapulqueños por el buen sabor que dejó como alcalde a principios del nuevo
siglo.
f) El Panal, otro tradicional aliado
del PRI y que ya había hecho un trato con Evodio Velázquez para apoyarlo,
también se lanza al ruedo con candidato propio, nada menos que a uno de los
aliados más fuertes del perredista, Humberto Parra.
g) Aunque algo soterrado, el empresario
Víctor Jorrín anda también en busca de llevarse una parte del pastel electoral.
h) Morena lanza a un ex rector de la UAGRO, como
tratando de capitalizar la buena imagen de esa casa de estudios construida por
su actual rector Javier Saldaña Almazán, para variar primo del candidato de
Morena a la alcaldía de Acapulco.
Todo ello hace ver un escenario electoral variado,
pero la mitad de ellos se repartirían el voto de las izquierdas y de la
sociedad civil que no vota por el PRI, lo que en apariencia serviría para hacer
perder al PRD, el favorito, y hacer ganar a un candidato del PRI poco conocido,
con un PRI débil, pero que tiene a su servicio la misma estructura que hizo
ganar a Manuel Añorve hace seis años, lo cual en mi opinión es suficiente para
hacer ganar a Terán Porcayo, aunque tendría un cabildo bastante dividido entre
varios partidos, con una gobernabilidad que dependerá de una buena operación
política, pues habría regidores de al menos siete partidos.
La opción de que esta variedad sea producto del despertar
de los partidos luego del caso Iguala, aparece aquí como inocente, pero si así
fuera, el elector acapulqueño tendría un abanico amplio para decidir su voto y
no ganarían ni el PRI, ni el PRD ni MC, sino cualquiera de los otros, en primer
lugar el PAN o el PVEM.
¿usted qué opina?
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