IRZA).- En la Cámara Patronal de la República Mexicana (Coparmex) consideraron que "es una vergüenza" que la ciudad de Chilpancingo, después de ser considerada como la de menor calidad de vida en el país, "ahora esté catalogada entres las primeras 10 más inseguras de Latinoamérica".
Adrián Alarcón Ríos, dirigente de ese organismo, declaró que es evidente el crecimiento en robos de vehículos, negocios, viviendas e incluso a transeúntes en Chilpancingo, porque el alcalde Marco Antonio Leyva Mena "es omiso ante el problema de la inseguridad".
Dijo en entrevista que desgraciadamente la sociedad no ha visto ni palpa que la administración municipal que encabeza MAL tenga una estrategia a corto o a mediano plazo para revertir la inseguridad en Chilpancingo, porque va en ascenso en escasos meses que empezó la actual administración municipal.
Precisó que en años anteriores, aunque no había en Chilpancingo un gran desarrollo económico, por lo menos había estabilidad, respeto y atención a los grupos vulnerables.
Indicó que ahora definitivamente "no vemos una estrategia, un programa del gobierno municipal que indique que se revertirá la inseguridad que vivimos. No lo vemos, lo que indica que es una mala noticia para la población que MAL no está haciendo nada en materia de seguridad para Chilpancingo, hecho por el que la misma sociedad está dando brotes de seria inconformidad", aseveró Alarcón Ríos.
Añadió que los habitantes de algunos asentamientos humanos ya "se están armando", como taxistas, comerciantes y padres de familia, quienes ya vieron la necesidad de tener un arma, ante la omisión de MAL para dar seguridad al pueblo de Chilpancingo.
Señaló que las autoridades de Chilpancingo no están percibiendo el problema, y denunció que incluso a la Coparmex hace al menos cinco días le robaron un automóvil Nissan tipo Tsuru que utilizaban para la entrega de documentación oficial.
El dirigente de empresarios dijo que sus afiliados ya le preguntan "a gritos, cuándo nos vamos a armar", y acusó además que aquí en Chilpancingo está operando en un gran porcentaje "el mercado negro en venta de armas de diversos calibres".
Aseguró que en Chilpancingo no cuesta trabajo adquirir una arma. "Los guerrerenses de por sí tenemos temperamento alto, calientito, y si nos tocan tantito o estamos asediados por la delincuencia común u organizada, explotamos, porque lo primero es nuestra familia", dijo.
Reprochó que en Chilpancingo los empresarios ya no quieren construir, porque al momento en que empiezan a hacer alguna ampliación o a abrir una sucursal de un negocio, "atraemos los ojos de la delincuencia organizada".
"Ya no queremos eso. Lo que queremos es sobrevivir, circular libremente por nuestras calles, pero no nos dejan en paz", reprochó.
Alarcón Ríos advirtió que en lo sucesivo puede haber "una gran convulsión social, se pueden agitar más las aguas, porque las autoridades son omisas ante todos los problemas". (www.agenciairza.com)
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