"Adela Román no manda en Acapulco, las órdenes vienen de más arriba", advirtió José Luis Lucero Arias a sus subalternos cuando se enteró que varias mujeres, a las que acosó y que no cedieron a sus bajos instintos, presentaron un escrito a la presidenta municipal para solicitarle su intervención, dejando claro que es inamovible y que de nada servirá que respalden las acusaciones.
Las trabajadoras adscritas a la Dirección de la Policía Auxiliar a cargo de Lucero Arias, una de ellas sindicalizada y seis supernumerarias con 8 y 14 años de antigüedad laboral, acusan que el citado mando policiaco comete contantes abusos que atentan contra la dignidad humana del personal administrativo y operativo.
Marlene Gil Bustos, quien tuvo a su cargo durante varios años el área contable, reveló que fue acosada constantemente con proposiciones sexuales por José Luis Lucero. Dice la mujer que desde el primer día que tuvo contacto con él su vida se convirtió en un infierno.
"Siempre me quería saludar de beso y varias veces intentó tocarme, me invitaba a salir y me decía que deseaba pasar un buen rato conmigo", recuerda la agraviada a quien constantemente le remarcaba que le atraía sexualmente diciéndole: "Chiquita bonita estás bien buena".
Y del acoso sexual pasó al hostigamiento laboral, amenazándola con que subiera a la patrulla que el director tiene bajo resguardo, para participar en operativos de prevención del delito por la ciudad, actividad que no es competencia de la Policía Auxiliar Preventiva.
"La Auxiliar (corporación que forma parte de la Secretaría de Seguridad Pública) presta servicios a empresas y particulares que solicitan protección y vigilancia física, a pesar de ello los elementos varones son obligados a participar en recorridos de seguridad por la ciudad violando sus derechos humanos en claro abuso de autoridad por parte del director", advierte la mujer acosada.
Otras trabajadoras adscritas a la dirección de la Policía Auxiliar Preventiva acusan que José Luis Lucero desde que llegó las encerraba en su oficina para intimidarlas preguntándoles sobre su vida personal. "Súbete al barco y no pasará nada", dicen que es la frase favorita del jefe policiaco para convencer a sus víctimas con intención de manosearlas antes de llevarlas a la cama.
Las hermanas Eledy Shantal y Ana Barbara Rojano Ramos, son otras de las acosadas que, junto con Marlena Gil Bustos firmaron una carta, con fecha del 16 de enero del presente año, en la que solicitan a la presidenta municipal Adela Román Campo intervenga y frene los abusos del director de la Policía Auxiliar Preventiva.
Las agraviadas confían en que la alcaldesa ponga orden, a pesar de que José Luis Lucero ha dicho que él recibe órdenes de más arriba y que no le puede hacer nada la presidenta. "Aquí no manda Adela", dicen que se ufana en gritar Lucero Arias manoteando sobre el escritorio para amedrentar y someter a las trabajadoras administrativas y operativas. Algunas mujeres por necesidad de seguir en el empleo han cedido y complacen al lujurioso jefe quien ha convertido su oficina en prostíbulo para dar rienda suelta a sus bajos instintos.
Las tres citadas mujeres que firmaron el escrito dirigido a la presidenta municipal, y otras más que no lo hicieron por miedo y que fueron usadas para contar la vida íntima de sus compañeras y proporcionar fotos que publican en redes sociales al nuevo director, han sido puestas a disposición del departamento de Recursos Humanos del gobierno municipal por no querer "subirse al barco" del director de la Policía Auxiliar Preventiva de Acapulco.
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