El presidente Donald Trump, pegó otro manotazo en la mesa para poner en el centro de la atención mediática en México, la designación como células terroristas a los grupos criminales que se dedican al negocio corporativo del trasiego y comercialización de drogas.
Una vez más, Trump pone tema y marca la agenda política al decir: un momento, aquí estamos, tenemos asuntos pendientes en la relación bilateral: la aprobación del TMEC, la construcción del muro o barda, la contención de migrantes en el sur del país con la Guardia Nacional, la imposición de aranceles, la deportación inmediata de mexicanos y de otras nacionalidades a territorio nacional y la evaluación anual antidrogas; para que se olviden de Evo...a evo.
Trump está en plena campaña electoral contra las cuerdas, amenazado por el impeachment, disminuido en la percepción de los votantes gringos; ha utilizado a México como "sparring" en su oferta electoral y de gobierno; así lo demostró al extraditar y sentenciar al "ícono" mundial del negocio corporativo de sustancias ilícitas; necesita el tema "terrorismo" para convencer al electorado.
Trump, busca pleito con México, nos "zarandea" una vez más, pero no pelea con Rusia, China, Corea del Norte o Irán, porque tienen armas nucleares que equilibran la fuerza. Es mejor seguir "administrando" conflictos regionales de baja intensidad con la venta de armas, el congelamiento de cuentas y el decomiso de bienes y activos fijos. ¡Ese es el negocio!
Marcelo Ebrard quiere ir a Washington, Mike Pompeo, lo mide, toma su tiempo, verifica su agenda y le mandan al Procurador General, William Barr a México. Los asuntos de cooperación en materia de procuración y administración de justicia están en el marco de los acuerdos bilaterales.
La designación terrorista a los cárteles mexicanos es una acción bélica unilateral. ¡Esa es la diferencia!
Corresponde al gobierno de México, la mesura, el cabildeo, la observancia del estado de derecho, la gobernabilidad, el crecimiento, el desarrollo económico, el combate a la corrupción e impunidad y asumir su responsabilidad y consecuencias en lo interno, para evitar que un día sí y otro también, nos marquen la agenda. Sin embargo, lo que debe prevalecer es la diplomacia ante el intervencionismo, venga de donde venga.
Cómo siempre, usted tiene la mejor opinión.
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