Por Julio Zenón Flores Salgado
Si alguien tenía alguna duda acerca de si la presidenta
municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, pretende competir por la candidatura
de Morena para la gubernatura de Guerrero, después de la entrevista concedida
este miércoles a Héctor Nájera en Enfoque Informativo, debió obtener todas las
respuestas.
La alcaldesa si va a participar, sí aspira, si quiere
gobernar el estado y sí tiene claro el cómo y para qué y, si ponemos atención
al tono de la entrevista, no sólo en relación con ese tema, sino con los otros
de los que habló durante la entrevista, también deberíamos darnos cuenta de que
sabe con qué cuenta para competir.
Y es que a diferencia de los otros personajes que aparecen
en la cartelera para ocupar un espacio en la elección que viene, Román Ocampo
no se anduvo con rodeos, ni dijo que ahora está ocupada en cumplirle a los
acapulqueños, que no lo ha pensado, que allá por noviembre tomará decisiones o
que esperará a que su partido decida. Ella dijo claramente en la entrevista que
sí aspira y adelantó dos cosas que los demás aspirantes deberían de considerar:
1) es el tiempo de las mujeres y 2) Se requiere de un proyecto para tener algo
que ofrecer al estado de Guerrero, un estado atribulado, con grandes carencias,
con grandes y complicados problemas económicos, de inseguridad, de servicios
deficientes, de falta de recursos y no ofertarse sólo con una imagen personal,
sino con un proyecto, un proyecto para cambiar las cosas en Guerrero.
Morena necesita contar primero que nada con un proyecto para
ofertar al pueblo de Guerrero. ¿Cuántos de los que se sabe públicamente que
aspiran a abanderar ese partido se han atrevido a decir que sí aspiran?
¿Cuántos de ellos han al menos reconocido que se requiere de un proyecto, de un
programa, antes que vender la imagen personal como panacea? ¿Cuántos están más
preocupados por salir bien en la foto, por no decir cosas que les haga perder
simpatías, por salir arriba en las encuestas, por ganar aliados, antes que por
decirle a la gente cómo van a enfrentar la situación en que vive la gente? Al
escuchar las respuestas de la alcaldesa de Acapulco uno puede cuestionar su
opinión, puede no estar de acuerdo con lo que ella dice, puede no quererla o
hasta odiarla, pero lo que no se puede decir, es que no habla de frente, que no
dice lo que piensa y que no sabe lo que se tiene que hacer en una nueva etapa
política, en donde la hipocresía y el disfraz de buen samaritano debiera ser
algo que quede en el pasado.
Román Ocampo no solamente admitió con desparpajo que aspira
y puso por delante la necesidad de contar con un proyecto y un programa para
ofrecer a la gente de Guerrero, sino que además reconoció que la izquierda debe
ir unida en el próximo proceso, para que Morena pueda ganar la elección y, como
ella dice, ayudarle a los guerrerenses a cumplir el sueño de cambiar las cosas
y en esa izquierda unida incluye al PRD, un partido al que algunos de sus
compañeros morenistas ven como si fuera el enemigo. Aunque tampoco muestra
ingenuidad: ella fue parte del partido del sol azteca y lo dejó, dice, cuando
vio que ya no había nada que hacer ahí, porque las cúpulas estaban más
interesadas en conseguir sus intereses en vez de luchar por la gente. Pero en
el PRD hay bases, hay gente, que puede acompañar la lucha de la izquierda, la
lucha de Morena. Su lance de invitar a los perredistas a trabajar juntos para
ganar las elecciones, la diferencia de quienes creen que Morena puede ganar la
elección hasta con una vaca y se han aislado del resto de los partidos de
izquierda e incluso han tendido puentes hacia partidos de derecha como el PVEM.
Ese ya es un elemento para tomar en cuenta a la hora de tomar la decisión de si
se considera o no a Adela Román una buena carta para competir por la gubernatura.
Pero, por otra parte, también se refirió a que la
experiencia de gobernar Acapulco y la de haber sido magistrada le sirve para
entender los problemas de la gente y le da una idea de lo que hay que hacer,
pero también señaló que no es suficiente la experiencia. Otra diferencia con
los políticos tradicionales que ponderan que ellos si tienen tanta experiencia
que saben cómo hacer las cosas y se les debe dar el voto, ella considera que no
es suficiente la experiencia, que tambén debe haber una cosa que se dice mucho
en los discursos, pero se muestra poco en la práctica: el amor al pueblo, el
amor a la gente, a quienes se están tronando los dedos cada día para saber si
el día siguiente tendrán algo que comer en su mesa o si regresarán sanos cuando
salen de sus hogares.
La entrevista no tuvo desperdicio. Nos permitió ver a esa
Adela Román que desalojó a los prestadores de servicios turísticos de la playa,
pero que no lo hizo por estar en contra de que la gente tenga un trabajo digno,
sino porque los ocupantes no cuidaron esos espacios, porque, dice la alcaldesa,
alguno ni siquiera tenían sus permisos actualizados, otros ni actualizados ni
envejecidos; otros los ocupaban para tener bodegas, criaderos de pollos,
guajolotes y cerdos y hasta para poner colchones viejos y hacerlos hoteles de
paso, e incluso, hasta para esconder delincuentes que se dedicaban a
extorsionar. Todo eso en una playa a la que la gente creía segura y limpia,
dijo en la entrevista.
Y en el mismo tono se refirió a CAPAMA, según ella, un
funcionario que venía con la subdirectora de la Conagua Patricia Ramírez
Pineda, le explicó que ese organismo también se debe sanear administrativa y
financieramente, porque tiene una sobrecarga de personal y porque entre ellos
hay quienes han llegado al grado de realizar acciones para dañar instalaciones
o herramientas.
Y en este tema, más allá del reconocimiento que hizo de que
el ayuntamiento no cuenta con los recursos necesarios para enfrentar el reto
que implica hacerla eficiente, ya que mientras se necesitan más de 5 mil 500
millones de pesos, la comuna apenas maneja anualmente 3 mil 700 millones de
pesos, más allá de eso, dijo que muy pronto habrá noticias de las denuncias
interpuestas por los organismos de control o contralorías en contra de quienes
han incurrido en daño patrimonial, es decir, da la apariencia de que no está
cuidando su imagen, sino que está tratando de que las cosas se hagan.
Pero el tema de CAPAMA le permitió a Adela Román darles un
mensaje a sus compañeros de partido que la ven con pocas posibilidades. Ella
fue, dijo en la entrevista, la primera alcaldesa en entrevistarse con el
presidente López Obrador, después de rendir protesta, y -relató- cuando le dijo
que ella era la representante de los municipios ganados por Morena en Guerrero,
el presidente le dijo algo que tiene mucho significado: Primero hablemos de
Acapulco, te dejaron un cochinero, tienes una bronca tremenda, lo que implica
que el presidente sabía, desde que llegó al poder, el tamaño del reto en
Acapulco y por eso vino a mediados de agosto, a dar instrucciones para que la
SEDATU y Conagua apoyen en la solución de los problemas del agua y el
saneamiento, lo que la presidenta ve como un corolario de una larga cadena de
gestiones que incluyeron reuniones en palacio nacional y acuerdos con la CFE
para evitar los cortes de luz al organismo.
La importancia de la entrevista realizada ayer por Héctor
Nájera a Román Ocampo, es que la pinta de cuerpo entero frente a los
principales problemas que tiene y muestra su relación con el presidente de la
República.
Ahí está, para quienes quieran contrastarla con Pablo
Amílcar Sandoval Ballesteros, Nestora Salgado García, Félix Salgado Macedonio y
Alberto López Rosas, de Morena y con el empresario Luis Walton Aburto, que
aunque no es de Morena, también busca esa candidatura.
¿Cuál es la diferencia? ¿Quién de ellos o ellas merecen
abanderar a Morena?
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