Por Emanuel B Dorantes
A diferencia del Día de los Fieles Difuntos, la Noche de Brujas sí es una simple festividad que no tiene por qué dejar de ser disfrutada como tal. Aunque en realidad es la versión comercializada por la sociedad norteamericana de las antiguas ceremonias espirituales celtas llevadas a cabo por los druidas, el Halloween no tiene nada de satánico ni se adora a la muerte (más diabólicas fueron las prácticas de la Inquisición).
La Noche de Brujas no es un rito del mal. Sin embargo, lo que no debemos permitir es que ambas celebraciones se mezclen ni mucho menos que el Halloween suplante el Día de los Muertos. Dejemos que nuestro hijos se disfracen y disfruten la fiesta por un lado, honremos la memoria de los que ya no están por el otro, al tiempo que preservamos un legado ancestral.
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