Por Julio Zenón Flores Salgado
Los partidos de oposición a Morena en el estado de Guerrero
no parecen haber cuajado ninguna estrategia electoral conjunta para participar
en los comicios del 2021 en donde se votará por nuevo gobernador, nuevos
alcaldes y nuevos diputados, tanto locales como federales, pese a que el
proceso ya comenzó desde el pasado mes de septiembre y a que las precampañas
deberán empezar en poco más de un mes.
A diferencia del partido de Andrés Manuel López Obrador
(AMLO) que ya dio señales de que seleccionarán a su candidato o candidata en
una encuesta abierta mixta, similar a la que están usando para elegir a su
presidente nacional, en donde se encuesta a todo mundo, pero sólo votan los
miembros de morena, la oposición no parece tener claro por donde entrarle a una
elección que supone perdida de antemano.
El PRI, PAN, PRD, MC, PT y PVEM navegan entre construir una
alianza tipo TUMOR (Todos Unidos contra Morena) o abrir dos frentes para
hacerle una pinza al partido guinda de López Obrador.
Quienes defienden la construcción de un bloque opositor
suponen que, aunque Morena les gana en todas las encuestas, pueden remontar esa
ventaja en el trabajo territorial, casa por casa, así como le ganaron la
mayoría de los municipios en la elección del 2018, a pesar del arrollador
triunfo del presidente, de los candidatos al senado y de 8 de los candidatos a
las diputaciones federales.
Su escenario es que el candidato a gobernador se seleccione
en una encuesta de entre todos los aspirantes que se han mencionado (Manuel
Añorve, Mario Moreno, Evodio Velázquez, Carlos Reyes, Marcos Parra), incluyendo
aquellos que se puedan desprender de Morena, al no ser seleccionados en su
partido (eventualmente Félix Salgado Macedonio o Luis Walton Aburto) y que en cada
municipio o distrito electoral la candidatura sea asignada al partido que tenga
mayor presencia en ese lugar y todos se le sumen.
La otra visión, sin embargo, es que esa alianza en la
práctica no sume votos, como les ocurrió en el 2018, en el que tanto el PRI
como el PRD se desfondaron debido a que mientras la cúpula firmó la alianza,
las bases la rechazaron, por lo que en esta ocasión valoran que deben acudir a
una participación electoral poniendo en el centro la conservación de los votos
duros propios de cada partido y evitar así una nueva diáspora que termine por
dejarlos en la lona.
Se han escuchado argumentos de dirigentes estatal tanto del
PRI como del PRD, de que esos partidos se han confrontado tanto en el pasado
que difícilmente, en las colonias, poblados y municipios se puede asegurar que
priistas votarían por perredistas y viceversa.
En ese sentido plantean abrir dos frentes a Morena, con el
PRI y el PRD separados, cada uno con candidato propio.
Se especula que el PRD estaría esperando poder llevar como
candidato propio a Félix Salgado, quien mantiene fuertes ligas con el
perredismo, sobre todo aquel que se fue a Morena, o en su caso, salir unido con
cualquiera de las dos figuras que se disputan actualmente la candidatura del
PRD (Carlos Reyes y Evodio Velázquez).
En tanto, el PRI saldría con un candidato “que aguante hasta
el último round”, es decir, que no lo puedan abatir con acusaciones de
corrupción, nepotismo o ligas con el crimen organizado, seleccionado de una
lista que se abre con Manuel Añorve Baños, quien se mantiene arriba en las
preferencias dentro del PRI y se despliega hasta el rector de la UAGRO Javier
Saldaña Almazán, pasando por Alicia Zamora, Héctor Apreza y Mario Moreno.
La estrategia consiste en que cada uno de ellos pudiera
establecer sus propias alianzas con partidos más pequeños y con mayor afinidad
entre ellos: El PRI con el PVEM y el PAN, mientras el PRD sale con MC y PT.
En este escenario, se abría paso la posibilidad de que el PT
participara solo, con Beatriz Mojica como candidata, al igual que MC, con el
jaguar Armando Ríos Píter de candidato, en la idea de que tanto el uno como la
otra, le restarían votos a Morena, dejando al PRI y al PRD con posibilidades de
competir contra el partido de López Obrador, por el tercio mayor.
El escenario más probable para el 2021 es éste último, ya
que la experiencia que se tiene es que cada vez que participa AMLO en la
elecciones el partido que lo pone en la boleta, en Guerrero se lleva todo, pero
en las elecciones intermedias, como la del año que viene, la participación
ciudadana baja considerablemente, y bajará aún más en el 2021 por la situación
especial creada por la pandemia del COVID-19, en donde los que acuden a votar son
los votantes duros de cada partido movidos por las estructuras partidarias y en
ese terreno se supone una desventaja para el partido guinda que aparentemente por
sus conflictos internos no han podido consolidar una estructura territorial
importante.
Em cualquiera de los escenarios, las grandes incógnitas
siguen siendo las reacciones de Manuel Añorve Baños y Félix Salgado Macedonio,
en caso de que no sean seleccionados como candidatos en sus partidos políticos,
pues mucho se habla de un pacto entre los dos, de apoyarse mutuamente si el
escenario le es adverso a cualquiera de ellos.
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