Por Julio Zenón Flores Salgado
La experiencia nos ha mostrado que las confrontaciones entre
dos personajes poderosos, en términos de la política, en más o menos igualdad
de circunstancias, termina siendo negativo para ambas partes, la teoría de la
ciencia política, por su parte, señala el doctor Rogelio Ortega, indica que, si
un partido o una coalición se divide y resta, pierde. Ante eso, los expertos en
campañas electorales han debido tomar medidas emergentes para no perder el
impulso ganador que se pudiera haber traído.
Quizás el mayor ejemplo de que tengamos memoria en nuestro
país, fue lo ocurrido en 1994 entre Luis Donaldo Colosio Murrieta, que estaba
siendo impulsado por el presidente Carlos Salinas y, el después coordinador de
las acciones para la paz en Chiapas, Manuel Camacho Solís.
Como se recordará, en 1993, el favorito del presidente no crecía y el otro amigo, pero marginado del proceso, mantenía un buen paso y su prestigio creció durante la firma de la paz en Chiapas, ya en 1994. Eso generó un fuerte enfrentamiento soterrado entre Luis Donaldo Colosio y Manuel Camacho Solís, el cual terminó con uno asesinado y el otro defenestrado. Nunca fue culpado legalmente del magnicidio, pero algo negativo quedó en las mentes de la clase política, que hizo que incluso la familia se incomodara con él y, finalmente, llegó a la presidencia de la República un tercer personaje a quien nadie daba mucha importancia: Ernesto Zedillo Ponce de León. El partido lo hizo candidato y luego presidente de México.
La historia, se recuerda, para ejemplificar lo dañino que
resulta no solo para el partido, sino para los propios candidatos, caer en esa
dinámica de ataques mutuos, abiertos o soterrados y para señalar que los
ataques mutuos entre los equipos del senador Félix Salgado Macedonio y el ex
delegado Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, han ido escalando al grado de que
se señala que los managers de ambos, Ricardo Monreal Ávila y John Ackerman,
respectivamente, los han llevado a las planas nacionales, donde se difunden
ataques en uno y otro sentido.
A Félix le culpan de un enfrentamiento cruento entre
policías municipales y capos del crimen organizado, cuando era alcalde de
Acapulco, que ha sido tomado como el hito del arranque del baño de sangre que
cambió al puerto del paraíso que era en el infierno en que se transformó.
También le han criticado por presumir un reloj marca Rolex y
hasta de haber abusado sexualmente de una ex trabajadora suya, que también lo
demandó por despido injustificado.
A Pablo Amílcar, le denunciaron ante el órgano electoral por
espectaculares colocados en distintos puntos del estado con su fotografía
anunciando a una revista, mismo que no ha concluido y que se encuentra
actualmente en un tribunal jurisdiccional federal.
Asimismo, medios como Reforma, le han acusado de mentir en
cuanto a sus propiedades inmobiliarias, de ocultar la propiedad de casas y
departamentos, mientras que Proceso y otros medios nacionales, retomaron las
acusaciones de supuestos malos manejos de los recursos de la delegación federal
de la secretaría del bienestar que ostentó hasta el 1 de octubre de 2020. Entre
los morenistas de base, simpatizantes de otros aspirantes, es catalogado como “chilango”,
adjetivo que tuvo su peso en el Acapulco de antaño.
Ambos han tratado de explicar las cosas y de frenar las
acusaciones, pero los señalamientos no han cesado y en los círculos morenistas
se empieza a abrir paso el tema de que ambos podrían perder su oportunidad de
abanderar al partido rumbo a la gubernatura de Guerrero… si el enfrentamiento
sigue por la ruta que va.
La incertidumbre de que eso ocurra, ha dado vida a una larga
lista de aspirantes que se sumaron de última hora, al oler la sangre de la
carnicería. Si formamos a los aspirantes, harían una fila desde Acapulco a
Xaltianguis (unos 50 kilómetros), dijo irónicamente el ex gobernador Rogelio
Ortega, académico universitario en ciencia política que se autodestapó durante
un foro sobre libertad de prensa organizado por el Club de Periodistas de
Guerrero, la delegación Guerrero de la Asociación nacional de locutores, el
frente de periodistas Juan R Escudero y la asociación de periodistas digitales
Joseph Pulitzer.
Al respecto la síndica porteña Matilde Testa, publicó en su
portal de Facebook una consulta sobre las preferencias de los diez más visibles
en donde aparecen 1. Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, 2. Adela Román Ocampo,
3. Félix Salgado Macedonio, 4. Beatriz Mojica Morga, 5. Luis Walton Aburto, 6.
Nestora Salgado García, 7. Antonio Helguera Jiménez, 8. Rubén Cayetano García, 9.
Marcial Rodríguez Saldaña y 10. Alberto López Rosas. Aunque, como se ve, esa
lista no incluye al doctor Rogelio Ortega, ni al diputado Arturo Martínez
Núñez, que se destapó con la presentación de un libro en el Fuerte de San
Diego, ni el asesor del ayuntamiento de Acapulco, Eloy Cisneros Guillén, entre
otros, que sería largo enumerar.
Más allá de esa lista, hay quien supone que el conflicto
entre Pablo y Félix, de no arreglarse pronto, podría tener el mismo final que
se tuvo en el 2018 en Acapulco, cuando había tantos precandidatos en tremenda
disputa entre ellos, que se metió el propio AMLO y desde el vecino municipio de
Coyuca de Benítez mandó el mensaje de que sería una mujer la que se postularía
en el puerto, terminando así de tajo con el conflicto interno, para después, en
un evento público de Taxco, presentar a Adela Román Ocampo, cuando antes de eso
nadie le daba ninguna posibilidad de meterse a la contienda y la magistrada con
licencia terminó siendo alcaldesa de la principal ciudad de Guerrero, dejando
en el camino a la decenas de aspirantes que se atacaban furiosamente entre sí.
Esto último no es descabellado, pues nadie ignora que sobre
Morena (como sobre todos los demás partidos) pende la resolución del INE de que
se otorguen 7 posiciones a mujeres entre las 15 gubernaturas que se disputarán
en junio del 2021, incluyendo al menos cuatro en estados seguros de ganarse por
ese partido.
Y al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador,
dio nuevamente de qué hablar, durante su conferencia mañanera de este martes 17
de noviembre, al decir, cuestionado sobre el tema, que la parte legal la
resolverán el INE, los partidos y el poder legislativo, pero él considera que
no debiera ser un asunto de cuotas, que a él le han dado buenos resultados las
mujeres, como ocurrió con su gabinete como jefe de gobierno de la Ciudad de
México y enfatizó que él es partidario de abrirles más oportunidades.
“es que hay más responsabilidad, más entrega, más
honestidad”, reiteró y dijo que mejor se callaba porque ahora es presidente y
no puede decir cosas que antes podía decir, pero que “nosotros sí vamos a
seguir abriendo los espacios”.
Los morenistas, atentos a las señales del jefe máximo del
partido, observan que, si se diera el caso, eso reduciría a una pequeña lista de
tres: Román Ocampo, Beatriz Mojica y Nestora Salgado, y todavía la reducen a
sólo dos, al mencionar que Mojica Morga tiene en su contra tanto el famoso
video de su entrevista con Tragaluz, espacio del periodista Fernando del
Collado, en Milenio, realizada en el 2018, donde responde categóricamente que
“nunca” se sumaría a López Obrador, y que sus malquerientes no han dejado de
mover en las redes sociales, además de haberse incorporado al PT, partido que,
de acuerdo al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, no podrá imponer
candidatos en ninguna entidad.
En la realidad, mientras no se emita la convocatoria, todo
es incertidumbre, tanto del género que prevalecerá, como de si las acusaciones
contra Amílcar y Félix tienen algún peso legal que les cierre el paso y si eso
permitirá que se cuele un tercero o tercera.
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