*Ilich, bajo fuego
Por Julio Zenón Flores Salgado
Nadie tiene la menor duda de que la cuestión política, en
particular lo electoral, está siendo determinante en el trato que se le está
dando al tema de las denuncias que existen contra el senador Félix Salgado
Macedonio, por abuso sexual y otros excesos.
El tema jurídico ha pasado a un segundo plano, porque parece
que de lo que se trata no es de un asunto de justicia a la o las víctimas sino
de quitar al senador de la coordinación de los comités del cambio verdadero,
como le llaman en Morena a los comités de base y por el eufemismo que usan para
designar a su futuro candidato, ya determinado por ellos, que sólo espera que
se le registre ante las instancias respectivas, para poder llanamente llamarle
candidato.
Es más, si en estas fechas la Fiscalía General del Estado (FGE)
que dirige el joven abogado Jorge Zuriel Barrila de los Santos, definiera la
procedencia de la carpeta que se encuentra en el archivo muerto, llamado en
forma técnica como “en análisis de la comisión de asuntos jurídicos” y se
judicializara el caso, es decir, se turnara a un juez, el cual tendría que
ordenar de inmediato la aprehensión del susodicho, ya que se trata de un delito
grave que no alcanza fianza y NO tiene prescripción, además de que el señalado
tiene fuero constitucional, difícilmente se podría conceder a esa acción un atisbo
de legalidad, pues lo más seguro es que se vería como una acción política, para
quitar a Félix Salgado del camino a la gubernatura.
Para entender lo anterior se requiere poner en contexto la
forma en que las acusaciones saltan a la opinión pública y eso ocurrió cuando
ya era inocultable que el senador Salgado Macedonio era el más popular
candidato, no solo de entre los que aspiraban de Morena, sino de todos los
demás aspirantes de todos los partidos políticos, por lo cual la primera teoría
acerca de dichos señalamientos se canalizaron hacia sus propios compañeros de
partido, quienes de ese modo habrían querido acortar el camino hacia obtener
ellos la candidatura en vez del calentano. De ahí surge la teoría, bastante
inverosímil, de que se reunieron en una notaría pública el ex delegado federal
Pablo Amilcar, con el actual senador priista Manuel Añorve y el ex fiscal que
inició el caso y que ahora es abogado de una de las víctimas.
Y es ese contexto en el que surgen las acusaciones, lo que
arroja de inmediato la duda sobre la veracidad de esos señalamientos. No se
duda de las víctimas, se duda de quienes pusieron los reflectores sobre ellas y
las utilizan maquiavélicamente para derrotar en un juzgado a quien no pudieron
derrotar en una encuesta.
Así, como dicen los expertos en inteligencia emocional, de
que cuando un dedo flamígero señala hacia el senador, el resto de dedos señalan
hacia el que lo endereza contra Félix, sobre todo cuando se dice hipócritamente
que es un inmoral, pues es también inmoral usar el dolor de las víctimas (si es
que son tales) para lucrar políticamente.
En ese contexto, si la FGE, decide judicializar el caso, la
opinión pública tendría que, por una parte, aplaudir, pero otra, la mayoría que
duda de la imparcialidad de los órganos de justicia, pensará que es una
maniobra política del actual gobernador para frenar a Morena y hacer ganar al
candidato de su partido el tricolor, lo que les expondrá al descrédito y las
acciones que en consecuencia puedan venir tanto de Morena como del propio
presidente mexicano que creen que estas acusaciones no son más que una
estratagema electoral.
Así, la única salida viable, parecer ser, dejarlo correr
como candidato y que llegue a la gubernatura y una vez ahí, Félix mismo tendría
la obligación de abrir el expediente del caso para que se ventile públicamente
si es culpable inocente. Algo parecido a lo que está haciendo el presidente
Andrés Manuel López Obrador con el caso del general Cienfuegos.
Por eso, en las últimas semanas el caso ha perdido fuerza y
se mantiene pero fuera de Guerrero y con el derecho de las víctimas como
bandera, sobre el derecho a la presunción de inocencia del acusado, mientras
que los adversarios internos de Félix Salgado al parecer han dejado de incidir
en el tema y entraron a un esquema de negociación reconociendo a Félix como el
vencedor indiscutible del proceso de selección de candidato.
ILICH AUGUSTO BAJO FUEGO
El crecimiento de la popularidad del regidor morenista Ilich
Augusto Lozano Herrera ha puesto tan nerviosos a algunos de sus competidores de
Morena por la candidatura a la alcaldía de Acapulco, que han tomado con
desesperación la bandera del supuesto adelanto de su esposa Liliana,
subdirectora administrativa del ISSSTE, en la aplicación de la vacuna anti
COVID-19.
Una investigación de esta columna encontró que la sanción
impuesta a la funcionaria fue tomada con un criterio político, en vez de
apegarse a la legalidad, ya que encontramos un oficio firmado por el director
general del ISSSTE Heriberto Romero, donde ordena aplicar el biológico a todo
el personal del hospital que tiene alguna relación con el área COVID,
incluyendo a los administrativos, por lo cual en realidad el sancionado debiera
ser él y no los trabajadores que se limitaron a cumplir sus órdenes sin
incurrir en ninguna falta.
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?