Por Julio Zenón Flores Salgado
Como en la película Esto es Guerra, protagonizada por Reese Witherspoon, Chris Pine y Tom Hardy,
donde dos agentes estadunidenses aprovechan su privilegiado a acceso a las
herramientas tecnológicas que se usan para proveer información de inteligencia,
para inclinar la balanza sentimental de una chica, a favor de uno de ellos, lo
cual termina en una encarnizada guerra cuerpo a cuerpo entre los dos competidores
del mismo bando policial, en el PRI se ha abierto un peligroso escenario de
confrontación que, de no corregirse rápidamente, podría traer consecuencias desastrosas
para ese partido, por lo menos en lo que concierne a la elección en Acapulco.
Y es que la planilla que acompaña al candidato a presidente
municipal, Ricardo Taja Ramírez, en vez de propiciar un cierre de heridas y
equilibrio entre principales actores políticos, ha generado una situación ríspida
en la que el PRI queda prácticamente excluido y con ello, difícilmente se
esperaría que la estructura tricolor y su voto duro, se meta a la campaña y responda
el día de la elección.
La constitución de la planilla registrada por la coalición
PRI-PRD, privilegia exageradamente a la izquierda y deja fuera a los priistas.
De los diez nombres registrados, apenas tres son de origen priista y dos de
estas se ubican en los últimos lugares (Polo Marcial y Berenice Bravo), es
decir, sin posibilidades de llegar.
Si se hace un análisis de lo que se registró, se verá que se
dejó fuera de regiduría, por primera vez en la era moderna del PRI, a la CTM, poniendo
al líder estatal cetemista, Rodolfo Escobar, en una suplencia de René Juárez
Albarrán, hijo del exgobernador René Juárez Cisneros y quien sería el único
tricolor que tiene seguro su acceso al próximo cabildo. Por supuesto que, en
una reacción de dignidad, el dirigente estatal de la CTM ya anunció que
prefiere no participar en esta elección, ni él ni por supuesto la CTM.
Por otra parte, la séptima posición que pudo haber sido para
una mujer priista, desde Marilú Saucedo, alguna otra líder de colonias, o la propia
Pilar Vadillo, que tiene una importante estructura electoral y que ha ganado ya
comicios en el pasado, fue entregada a la evodista JULY PELAEZ VICTORIANO,
quien a su vez fue removida del tercer lugar de la lista para colocar ahí a una
ex secretaria y amiga de Víctor Aguirre Alcaide, JUDITH LUNA NAVA, pese a que
éste había recibido ya la segunda sindicatura, como pago por bajarse de la
candidatura a la presidencia municipal.
Aunado a ello, se relega al hijo del senador Manuel Añorve
Baños, el ex subsecretario Manuel Añorve Aguayo, a la suplencia de Humberto
Piza, (perredista evodista líder de una parte de la sección XIX del SUSPEG), donde
seguramente también renunciará como lo hizo este domingo el cetemista Escobar Ávila,
dejando así fuera de la campaña al añorvismo, con el agravante de que se lo
puede tomar personal, pues se sabe que un día antes quienes toman las
decisiones en el tricolor engañaron al joven Añorve Aguayo, haciéndole creer
que iba como propietario para que acudiera al registro, en vez de decirle desde
el principio que no había espacio para él, por las razones que fueran, ya que
de esa manera el padre lo hubiera puesto a resguardo mientras esperaba la
próxima elección.
Otro priista, que como Jesús Herrera fue excluido de la
lista es el histórico dirigente de la UCA, la más importante organización popular
de la periferia de Acapulco, Abimael Salgado
Dejar fuera a los priistas de la planilla parece tener la
intención de llevar una propuesta de izquierda encabezada por Taja Ramírez, quien
de por sí se sabe que en el pasado ha jugado con la idea de sus acercamientos a
otros partidos, tanto el PVEM, como el PES y hasta Morena, y llenarla con gente
como el perredista Humberto Piza, la ex perredista Ricarda Robles, el ex petista
(que apenas mueve un poco más de cien personas en Paso Limonero) Genaro Vázquez
Flores, entre otros.
La pregunta lógica es, si los priistas de cepa acapulqueños
están excluidos de la planilla ¿Cómo por qué harían campaña por ésta?
En términos de impacto en los resultados electorales es una
apuesta muy arriesgada. Una planilla encabezada por el PRI (Taja) que espera
que la izquierda (PRD) le haga la campaña y le de los votos suficientes para
ganar, renunciando a los votos duros del tricolor.
Es muy arriesgada la estrategia, ya que va contra la teoría
clásica de las campañas, que indican que primero hay que asegurar a los leales,
a los de casa, para luego ir por los indecisos y al final por los de ideología
contraria. En tanto, nada puede garantizar que los votantes de izquierda se
inclinen a votar por Taja en vez de hacerlo por Morena, partido en este caso abanderado
por Abelina López Rodríguez, que tiene un fuerte control sobre todo en el
distrito 04 federal y mucha simpatía entre los de izquierda que aún quedan en
el PRD o que votan por personajes de esa tendencia.
Entre los votos duros del PRI y del PRD, hay una gran diferencia:
los del PRI son leales a su partido, los del PRD no tanto, porque muchos de sus
amigos y ex líderes ahora están con Morena y su corazón aún late por el
presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aún más: si bien con esta arriesgada estrategia el voto duro
del priismo queda excluido y las estructuras territoriales y de la CTM
paralizadas, lo cual desde luego puede intentar resolverse con inyecciones de fuertes
recursos económicos (que corren también el riesgo de ser detectados por el INE
y la FGR), había que agregar el asunto personal, si es que se da ¿o alguien
cree que el senador Añorve, al que le quedan tres años en esa cámara, se va a
quedar quieto y tranquilo, si percibe que su hijo fue engañado? ¿Quién no
brinca cuando siente que se meten con la familia? Y en ese sentido, habría que
esperar la operación Añorve.
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