Por Julio Zenón Flores Salgado
Están a punto de terminar los reacomodos al interior de
Morena en el nivel municipal, para definir la planilla final para ir a la competencia
electoral contra el PRI-PRD, que han unido sus fuerzas para impedir que el partido
de Adela Román Ocampo siga al frente del ayuntamiento.
Ninguna de las dos planillas fue fácil de integrar y en
ambos casos hubo amagos de rompimiento, pero la del PRI-PRD parece haber resuelto
más rápidamente sus contradicciones, mientras que la de Morena tuvo que esperar
hasta la resolución de trece impugnaciones que llegaron al tribunal electoral
del estado de Guerrero, el cual dio 24 horas a la Comisión Nacional de
Elecciones y a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) para atender y resolver las inconformidades
expresadas contra la integración de la planilla encabezada por la diputada
federal con licencia Abelina López Rodríguez.
Mientras en el PRI el problema mayor lo resolvió el propio
candidato Ricardo Taja Ramírez, quien no se durmió en sus laureles y asumió en
sus manos el tema del tejido fino, de la búsqueda del acuerdo, de nopo
avasallar sino de convencer e integrar a Víctor Aguirre Alcaide, en Morena no
se vio esa misma disposición de la abanderada Abelina López Rodríguez, quien ignoró
a los inconformes por su designación y dejó correr el tiempo con desdén en
espera de que los inconformes se cansaran, se acomodaran de manera natural o
desertaran, dejándole el camino libre sin necesidad de que ella tuviera que
ceder espacios.
Esa diferencia de actitudes, que en estricto sentido hay que
observar, porque así como se comportan los personajes durante las definiciones
políticas, así se comportarán a la hora de toma de decisiones en los órganos
colectivos de la comuna: por consenso o convencimiento como lo hizo Taja o por
cansancio y desdén como lo hizo Abelina, esa diferencia de actitudes, repito,
marcó los resultados finales: en la alianza PRI-PRD se nota una integración de
las diversas fuerzas, un acompañamiento y una suma de fuerzas, mientras en
Morena se sigue respirando resentimiento y sectarismo.
En resumidas cuentas, la candidatura de Ricardo Taja fluyó
de manera natural y en los días previos al arranque de campaña se ha dedicado a
organizar y aceitar la estructura, mientras la de Abelina tendrá que asumir
cambios que ordenen las comisiones nacionales de Morena, de último minuto, para
ver si se entra en una etapa de reconciliación o si las diferencias van a
permanecer hasta el final afectando el desempeño de la campaña y sus resultados.
Se habla desde ahora que este jueves o viernes se cambiará
la planilla para cumplir lo ordenado por el TEEGRO, lo que podría significar
que se integre al diputado local Zeferino Gómez Valdovinos, a Yoshio Ávila y a
Rosario Merlín, como mínimo, si no es que se llega al extremo de reponer el
procedimiento, pues mucho se ha dicho que los supuestos resultados de una
encuesta que le dio la candidatura a la alcaldía a Abelina López no fue tal,
sino “un sondeo hecho en un par de colonias”, lo que les llevó a impugnar la
designación.
El asunto no es tan sencillo de resolver: si no dan cabida a
los tres personajes arriba mencionados, ellos no van a acompañar la candidatura
de la presidencia municipal que de por sí no contará con los felixistas, que
sienten a Abelina muy lejana ya que en su opinión no sólo entró en un estado de
soberbia sino que se alejó de Félix y se acercó al ex delegado Pablo Amílcar
Sandoval Ballesteros, quien ahora es visto con mucho recelo al interior del
partido y más de una corriente le quiere cobrar la factura durante el proceso
electoral haciéndole perder los comicios. En tanto que desoyó los lastimeros
llamados de su mentor político el ex gobernador Zeferino Torreblanca.
La candidata de Morena, que se volvió inalcanzable para los
simples mortales, pese a que aún no es alcaldesa, dejó de contestar el teléfono
a los que antes llamaba amigos, empezó a caminar diferente y a tratar con
desdén a sus aliados, recibió algunas adhesiones de líderes de su propio partido
que no garantizan gran cosa: en especial los provenientes del bando de Pablo Amílcar,
cuyos nombres se mencionan mucho como los que rondan ya las oficinas de Taja
Ramírez, en espera de algún acuerdo.
Así las cosas, mientras la candidata de Morena parece
restar, su fuerza de por sí un tanto golpeada por las versiones de que se
mostró a sí misma en la cámara de diputados como alguien que compra la justicia
por 20 mil pesos, el candidato del PRI-PRD ha sumado no solo a los líderes de
ambos partidos que lo postulan, sino también a personajes de Morena, como el
síndico Javier Solorio Almazán y el regidor Alaín Rodríguez, además de gente de
otros partidos políticos que abandonaron a FXM, MC y RSP, lo que le da desde
ahora una ligera ventaja en la estructura, aunque habrá que ver si eso es
suficiente para vencer la fuerza de la marca.
En ese sentido, un escenario muestra una elección competida
entre dos partes con iguales posibilidades de triunfo, en donde el resultado
dependerá de la estructura que haga que la gente venza el miedo al COVID-19 y salga
a las casillas a votar, lo cual determinará la composición del Cabildo, que
desde ahora se puede adelantar como plural, con dos tercios de los 20 regidores
copados entre el PRI-PRD y Morena y el resto repartido entre aquellos que
alcancen al menos el 3 por ciento de la votación total válida emitida, que como
se ve serán PAN, PT, PVEM, MC y PES.
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