Por Julio Zenón Flores Salgado
Un dato duro pone en claro el rotundo fracaso de la Marina
Armada de México en actividades policiacas: llevan al menos diez años a cargo
de la Secretaría de Seguridad Pública de Acapulco y no han logrado ni siquiera
certificar a la mitad de sus elementos, mantener el funcionamiento permanente
de su academia, adiestrar al personal, vaya, ni siquiera disciplinarlos en
cuanto a mantener una buena condición física, ya que en su mayoría son obesos.
Justo el 13 de diciembre de 2012, el contralmirante, con
ingeniería en ciencias navales, José Manuel Rodríguez Morales, se vio obligado
a presentar su renuncia como titular de la SSP al entonces presidente municipal
de Acapulco, Luis Walton Aburto, debido a que un día anterior, sus elementos
habían accionado sus armas de fuego en medio de una multitudinaria
peregrinación a la virgen de Guadalupe.
La policía municipal en ese trienio tuvo un desempeño
caótico, al grado que los últimos meses fueron acuartelados, pues se declararon
en paro contra sus mandos.
En el siguiente trienio, estuvo a cargo el almirante Max
Lorenzo Cedano Romano, quien terminó saliendo con la cola entre las piernas e
incluso estuvo retenido en sus propias oficinas de la SSP por elementos de la
misma Marina Armada, por la desaparición de armas de esa corporación.
Con la alcaldesa Adela Román, la Marina cobró un papel
preponderante en la fuerza policiaca local y, además de nombrar al capitán de
Marina Gerardo Rosas Azamar como secretario de seguridad pública
municipal, se convirtieron en escoltas permanentes de la propia primer edil y
aunque intentaron algunas acciones de recuperación de espacios como los
mercados y zonas de playa de uso en actividades dudosas, no se recuerda algo
positivo hecho por los marinos a cargo.
En apenas un año del actual gobierno municipal, ya debió
renunciar al cargo un oficial de la marina; el capitán Maximiliano Serrano,
señalado de haber comisionado a dos marinos que tenía a su mando, a una misión
fuera de la entidad, que les costó su desaparición forzada.
A su salida, se hizo cargo de la SSP de Acapulco el actual Capitán
de Fragata, Adrián Olivas Franco, también capitán de la armada, quien ni tardo
ni perezoso declaró que no iba a arriesgar a sus elementos uniformados en
actividades de protección a la ciudad.
Cada administración ha hecho como que hace, entregando
algunos uniformes y botas, mientras el personal se transporta en viejos vehículos
que se descomponen constantemente o que hay que andar empujando, siguen obesos,
no ponen ni siquiera orden vial.
La conclusión es que si en diez años, a cargo de una
corporación de poco más de mil elementos, no han sido capaces de formar una
eficaz fuerza policiaca, o dotar de valores, táctica orgánica, adiestramiento,
armas, etc, como si lo ha hecho la policía estatal dirigida por un civil ¿Qué
se puede esperar de la Marina en acciones junto a una fuerza como la Guardia
Nacional formada por decenas de miles de miembros?
Dice el dicho Zapatero a tus zapatos, si los marinos fueron
formado en los temas del mar y las costas, debieran atender esos menesteres y
no andar dando vergüenza en actividades policiacas.
Lo mínimo que se esperaría, tras diez años a cargo de la
policía de Acapulco, es que ya se contara con un cuerpo de élite certificado,
que al menos tuviera el respeto de los ciudadanos y pudiera disuadir la
comisión de delitos del orden común.
¿Por qué seguir confiando en la Marina? Si los hechos, nos
dicen, que su eficacia es un mito.
Estos datos indican, en una lectura propositiva, que no
basta con poner a los policías bajo órdenes de militares o marino, que tienen
años caminando en otra ruta, ni llenar las calles de atemorizantes uniformados
de camuflage, sino que se requiere de políticas integrales de seguridad que impliquen
el fortalecimiento y la confianza de los cuerpos policiacos municipales y estatales,
con recursos suficientes, para que se cuente con equipo adecuado (drones, algún
helicóptero aportado por la Marina, patrullas, armas, tecnología digital, armas
disuasivas y de reacción, táctica de vanguardia, mística, respeto por el uniforme
y, por supuesto su certificación.
2 Comentarios
Ándale....por ahí va, aunque debiera abrirse debate publico y modificarse rol pasivo e inexistencia de participación ciudadana-popular en ese y otros temas de vida municipal y de Gro...
ResponderEliminarbuen comentario debe regresar la marina a su razon de ser. la uestion policuaca dejarla a una persona con ese perfil policial y prevencion del delito
ResponderEliminar¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?