Celestino Cesáreo Guzmán
Ante el anuncio bilateral del PRI y el PAN atropellando el consenso y los acuerdos que habían sido la regla de la alianza Va por México, el PRD debe definir su permanencia en dicha alianza o seguir su propio camino.
Desde las cúpulas del tricolor y el blanquiazul obviaron las formas comunes a la actividad política: el diálogo, los acuerdos, la negociación política en el buen sentido, el piso parejo, pero sobre todo, el respeto a los aliados.
Al actuar de esta manera, mostraron que no entendieron las causas de la derrota del 2018, tampoco comprenden el hartazgo de la sociedad hacia la clase política.
En esta alianza de 3, el PRD le pone el acento social y se mantiene fiel a su vocación democrática. Mientras las dirigencias priistas y panistas caminan en sentido contrario a la historia que se está escribiendo en un país y una sociedad que ya no son los mismos.
Son momentos de definición, y el Partido del Sol Azteca como lo hizo a lo largo de su historia, marca hoja de ruta para el país desde su visión de izquierda, su tradición de lucha por la democracia y defensa de las minorías.
Y aunque al paso de los años y ante los mediocres resultados de la 4T, la mitad del país no está a gusto con el actual gobierno, pero tampoco quieran regresar al oscuro pasado.
Debemos entender que hay una mayoría que cree que por fin llegó a la Presidencia de la República uno de los suyos. Que los escucha y habla a su nombre.
De ahí que si queremos obtener la mayoría electoral en el 2024. Debemos ofrecer algo muy diferente a lo que existía en el 2018. Excesos, corrupción, abandono a los más pobres.
El acuerdo que estrelló la alianza dice que el PRI designaría a los candidatos del Estado de México y Coahuila y el PAN el candidato presidencial y a la Ciudad de México. Así, sin más.
De ahí que el lance del PRD desde su innegable vulnerabilidad es de reconocerse: se opone a este burdo procedimiento y exige que para que la alianza continúe, debe participar la sociedad civil.
¿Cómo lograr empatía con las personas que no participan de manera orgánica en estructuras políticas o en el entramado de los poderes económicos, así como los 20 millones sin internet, los millones que abarrotan el metro, albañiles y vendedores ambulantes, más de la mitad de los mexicanos que viven en la pobreza y las clases medias bajas que batallan para llegar a la quincena?
No entender estos sectores hará la diferencia en la elección presidencial, aún cuando la gente no vea resultados concretos, más allá de las transferencias económicas a grupos vulnerables que no reduce la pobreza sino la aumenta.
México requiere una propuesta que descifre las grandes contradicciones que vivimos: pobreza al alza, violencia sin control, una sociedad dividida, y un poder presidencial que sólo se escucha a sí mismo.
Esta propuesta le ha dado reflectores, su propuesta es viable y pone en la mesa que la alianza Va por México siga… O no.
Este lance tiene sus riesgos. El PRD va a reflexionar en las semanas y meses que vienen antes de tomar una decisión, y debe estar decidido a ir solo en el 2024 si su propuesta no es considerada.
Pero vale la pena mantenerse fiel a los principios. El pueblo de México sabe descubrir a los impostores, sean éstos de izquierda, de centro o de derecha.
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