(Corrupción, escasez de recursos y sindicatos insensibles)
Por Julio Zenón Flores/ www.trasfondoinformativo.com
Guerrero es uno de los estados más pobres y marginados de
México, con un 82% de su población sin acceso a la seguridad social (Guerrero.gob).
Esto significa que la mayoría de los guerrerenses dependen de los servicios de
salud pública que ofrece la Secretaría de Salud estatal, los cuales están
colapsados y desmantelados por la falta de recursos, infraestructura y personal
(El Sol de Chilpancingo).
Según un diagnóstico realizado por el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS), en los 42 hospitales de segundo nivel de atención en
Guerrero hay equipos médicos que no funcionan, como rayos X, ultrasonidos,
mastógrafos y unidades de anestesia (Zoé Robledo). En el único hospital de
tercer nivel, el tomógrafo y uno de los dos mastógrafos tampoco operan (Zoé Robledo)
. Además, hay una escasez crónica de medicamentos e insumos básicos para
atender las necesidades de salud de la población (ZR).
Esta situación se agrava por los problemas sociales y
económicos que enfrenta el estado, como la pobreza, la violencia, la corrupción
y la dispersión geográfica. Guerrero presenta un panorama cada vez más
complejo, ya que prevalecen marcados desequilibrios regionales, un alto grado
de dispersión en la mayoría de sus localidades y una considerable concentración
poblacional en zonas riesgosas, lo cual provoca cambios demográficos,
socioeconómicos e incluso genera epidemiológicos que inciden directamente en la
salud de la población(Gaceta UNAM).
Ante este escenario, el gobierno que encabeza Evelyn Salgado
Pineda heredó el reto de transformar el sistema de salud del estado y
garantizar el derecho a la salud de todos los guerrerenses. Para ello, se
requiere una inversión de al menos 4 mil millones de pesos para levantar la
infraestructura hospitalaria y equiparla adecuadamente (Zoé Robledo). También
se necesita fortalecer el primer nivel de atención, con centros de salud bien
dotados y con personal capacitado y motivado. Asimismo, se debe mejorar la
coordinación entre las instituciones del sector salud, tanto federales como
estatales y municipales, para optimizar el uso de los recursos y evitar
duplicidades o vacíos.
La difícil tarea le fue encargada a Aidee Ibarez Castro, una
experta en salud pública especializada en Cuba, reconocida activista
universitaria y con una sólida formación de izquierda, que asumió el reto y,
además de organizar caravanas con los principales servicios para paliar las
carencias en las zonas más apartadas, ha recorrido el estado para tener un
diagnóstico de primera mano, sin embargo, sus esfuerzos no han dado resultados.
La Sierra por ejemplo, es una región de carece de médicos, enfermeras y medicamentos
básicos y aunque ella se reunió con las autoridades ejidales hace seis meses,
su palabra no ha sido cumplida y, en Acapulco, en el principal hospital del
estado, El Quemado, su apatía es pasmosa.
El Quemado es un hospital relativamente nuevo, pero con el
doble de las camas reconocidas oficialmente, lo que implica que no hay
presupuesto que alcance, al grado tal que los 500 millones destinados a ese
hospital para integrarlo al IMSS Bienestar, resultaron insuficientes, pues se requiere
de al menos el doble, pero además la corrupción interna, el saqueo de
medicamentos, (para su venta afuera como farmacias particulares), el cobro
descarado de atenciones médicas que debían ser gratuitas (que ya ha llevado al
despido de al menos dos cajeros), es un secreto a voces, ante el silencio
cómplice de la revolucionaria Aidé Ibarez.
Ese hospital, eje central de la atención a los más
desposeídos, se encuentra actualmente en el limbo, ya no es del seguro popular,
porque la 4T desapareció ese programa, tampoco del INSABI, pues los
legisladores también lo desaparecieron, y su incorporación al IMSS Bienestar se
pospuso indefinidamente, mientras que los recursos estatales son insuficientes
para su operación.
El gobierno federal ha expresado su voluntad de apoyar al
estado de Guerrero en esta tarea, mediante el traslado de la Secretaría de
Salud y del IMSS a su territorio (México.gob). Esto implica un compromiso
político y social para trabajar por el bienestar de las y los guerrerenses, que
han sido históricamente olvidados y excluidos por el sistema. Sin embargo, además
de que esa promesa se ha incumplido olímpicamente por el gobierno federal y sus
oficinas en Acapulco solo se usan para reuniones y los 9 mil trabajadores del
sector central siguen en la CDMX, sin abandonar el confort, también se requiere
la participación activa y responsable de la ciudadanía, que debe cuidar su
salud y exigir sus derechos y que, al igual que los legisladores, prefieren
mirar para otro lado, en vez de exigir al gobierno federal el cumplimiento de
esa promesa presidencial.
Por otra parte, la promesa del presidente Andrés Manuel
López Obrador, de construir un hospital de alto nivel del ISSSTE en Acapulco,
parece haberse venido abajo por la ambición, tanto de funcionarios locales como
del propio director general de esa institución, quien se mostró muy molesto
porque no se concretaron los planes que al parecer habían trazado con el anterior
gobernador o con sus funcionarios, para usar un terreno que iba a dejar mucho
dinero en pocas manos, aprovechando la voluntad presidencial, pero al
descubrirse solo se detuvo pero no ha sido aún investigado, mientras los
derechohabientes sufren con un edificio vetusto de más de 50 años de edad y con
capacidad totalmente insuficiente y con pésimos servicios.
Y en ese mismo sentido, influye negativamente la influencia
de los líderes sindicales en la administración y operación de los grandes
hospitales: En el caso de la Secretaría de Salud estatal, parece obvio que no
cuadra el que no haya medicinas ni adecuado mantenimiento, mientras el
Sindicato regala automóviles, mediante rifas entre sus agremiado, en tanto que,
en el IMSS los pacientes se quedan sin especialistas mientras el sindicato los
tiene “comisionados” un eufemismo para decir que sin trabajar sus horas
correspondientes en los hospitales, al incluirlos en sus planillas sindicales:
el colmo ocurre este año en el hospital Vicente Guerrero, donde pasa mas de
medio año para que se una cita con especialistas, lo que pone en grave riesgo
la vida de los pacientes.
Digámoslo claro: El nulo avance en la construcción del
hospital de tercer nivel del ISSSTE, en donde se descubrió un vericueto de
corrupción, la suspensión de la incorporación del hospital general de El
Quemado al IMSS-BIENESTAR, por insuficiencia de recursos económicos y la falta
de sensibilidad de las dirigencias sindicales de las instituciones médicas que
otorgan licencias a especialistas que escasean para atender a los pacientes,
son las tres cabezas de este monstruo que destruye todo lo que toca en
Guerrero.
Sin duda ese es un gran desafío para el gobierno de Evelyn
Salgado Pineda, por afectar a la gente de menos recursos económicos, pues los
pudientes toman sus aviones y se van Houston o al menos a la ciudad de México
para atenderse, como todos sabemos que lo hizo el desaparecido René Juárez
Cisneros y el empresario Luís Walton Aburto.
El desafío tiene obstáculos en los ambiciosos funcionarios y
políticos que impiden que los esfuerzos de ella y del presidente bajen a la
tierra y se hagan realidad, pues se roban todo lo que pueden o lucran
políticamente con la situación desastrosa, pero también tiene un aliado muy
poderoso: el director general del IMSS, Zoé Robledo quien está a cargo de la
integración a esa institución de toda la pedacera estatal y municipal que en
muchos casos no son más que paredes corroídas por el tiempo y el abandono.
Sería una gran proeza de Evelyn Salgado y Zoé Robledo (entre
quienes ha surgido una buena relación) meter orden en el Quemado, convencer a
los sindicatos de no incluir entre sus comisionados sindicales a especialistas
y, juntos empujar ante el presidente para pasar por encima de la corrupción de
Pedro Centeno y construir el hospital del ISSSTE pendiente de Acapulco.
La crisis de la salud en Guerrero es una oportunidad para
iniciar una transformación profunda y duradera del sistema sanitario en el
estado y en el país. Se trata de un desafío enorme, pero también de una
esperanza para mejorar la calidad de vida y la dignidad de millones de
personas.
1 Comentarios
Te falta muchísimos datos y hablar claro. Muchos especialistas ostentan doble o triple o cuádruple plaza, además de atender su consulta privada y trabajar en la universidad. Muchos se les disculpa desde la autoridad que no cumplan su horario laboral completo, mientras el resto del personal debe cumplir con la permanencia, también tendrías que hablar de los que han conseguido la dispensa para contender por algún puesto público en las próximas elecciones
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