Por Julio Zenón Flores Salado
El Centro de Convenciones de Acapulco, abandonado por muchos
años por los gobiernos estatal, federal y municipal y actual sede de laOrquesta
Filarmónica Nacional (OFA) y del Teatro Juan Ruiz de Alarcón, único teatro público
que cumple normas de construcción, se convertirá en el nuevo hospital del
ISSSTE, de acuerdo a una publicación hecha por la dirigente nacional del sindicato
de esa institución de salud, Norma Liliana Rodríguez Arguello.
En un escueto comunicado de apenas dos párrafos, sin dar más
detalles, Rodríguez Arguello, presidenta del SNTISSTE, da a conocer que esa
organización sindical fue informada por la secretaria de seguridad Rosa Icela
Rodríguez, que por instrucciones del presidente mexicano Andrés Manuel López
Obrador, el nuevo nosocomio será edificado en ese lugar, que últimamente es
usado para fiestas y jaripeos de la clase política.
En la primera línea del comunicado oficial, que también está
arrobado para el director del ISSSTE, Pedro Centeno Santaella y para la sección
sindical local, la presidenta del SNTISSSTE se acredita el logro al señalar que
tanto el CEN como la sección XVII del sindicato siempre insistió en que esa era
la mejor opción.
Cabe recordar que esta semana decenas de derechohabientes
jubilados, que han mantenido la lucha por a construcción de un hospital de
tercer nivel en Guerrero, marcharon por la zona turística del puerto para
demandar que precisamente se construyera en el CCA.
El Centro Internacional de Convenciones Acapulco fue
construido en el año 1972, en 2009 se le dio en operación a la Marina Armada de
México, que construiría un Centro de Monitoreo Antihuracanes, que nunca se
construyó, y se dio en concesión al grupo CAABSA, que pretendió construir un
centro comercial, mismo que fue vetado por la propia Marina y el gobierno del
estado. En 2014 se entregó en propiedad a Fonatur y se mantuvo la concesión a
CAABSA que era por 15 años con posibilidades de prorrogarse otro periodo igual,
por una renta mensual de 8 millones de pesos más porcentajes por los ingresos
obtenidos por su uso.
La concesión a CAABSA vence en julio de 2024, a sólo dos
meses de que el actual presidente López Obrador, deje el poder y según el
contrato de concesión si no se otorga la prórroga se deberá liquidar al
arrendatario las inversiones que haya hecho en las instalaciones menos el 2 por
ciento de depreciación anual.
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