(El moho social amenaza ganarnos la batalla)
Por Julio Zenón Flores Salgado
Quienes se sienten un poco aristócratas, porque viven en el
fraccionamiento Costa Azul, en Acapulco, otrora un atractivo poderoso de
inversión inmobiliaria, por su excelente diseño residencial, que destacaba
sobremanera frente al resto de colonias populares, “de bajo nivel social”,
esgrimen como argumento ante la pretensión del presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador, de construir en las ruinas de lo que fuera el Centro
Internacional Acapulco, un hospital de alto nivel de resolución a cargo del ISSSTE,
que atienda las grandes carencias en ese terreno en la entidad, su terror al
fantasma del moho social, es decir, de esa ocupación humana que para sobrevivir
se amolda a las circunstancias.
El argumento no es menor, aunque el daño ya está hecho hace
mucho en esa zona y en todo el estado de Guerrero y no es precisamente por la
construcción de grandes edificios de miles de millones de pesos, sino
precisamente por su escasez de inversiones, que el moho social se ha adueñado
de la entidad.
Si alguien hizo más terrorífico ese fantasma del
ambulantaje, fue precisamente la autoridad, que ha dejado que consuma hasta a
los mercados que cada 5 años se reconstruyen, tras sospechosos incendios, cuyos
locales se vuelven cada vez más improductivos al ser rodeados, hasta casi ser
asfixiados, por el comercio informl que se establece en su entorno y, junto a
ello, situaciones como la vivida en el Hospital de El Quemado, donde los
medicamentos y equipo médico desaparecía por arte de magia pero aparecía casi
al instante en los puestos informales del estacionamiento recientemente desalojados…temporalmente.
Los habitantes de Costa Azul no están tan mal, pero tienen
que ver las cosas más a fondo.
El comercio informal es una actividad económica que se
realiza al margen de la legalidad y la regulación del Estado. Es decir, los
comerciantes informales no pagan impuestos, no cumplen con las normas
sanitarias, laborales y ambientales, y no tienen acceso a la seguridad social
ni a otros beneficios. El comercio informal es un fenómeno complejo que tiene
diversas causas y consecuencias, tanto para los propios comerciantes como para
la sociedad en general.
La pobreza y la desigualdad social, que obligan a muchas
personas a buscar una fuente de ingresos rápida y flexible, sin importar los
riesgos o las obligaciones legales.
La violencia y la inseguridad, que generan un clima de temor
e incertidumbre, y que favorecen el surgimiento de grupos delictivos que
extorsionan o amenazan a los comerciantes informales.
La cultura y la tradición, que valoran el trabajo independiente
y el autoempleo, y que ven al comercio informal como una forma de resistencia o
de solidaridad frente al Estado y al mercado.
Entre las consecuencias del comercio informal en Guerrero se
pueden mencionar las siguientes:
La competencia desleal, que afecta al sector formal, que
tiene que cumplir con mayores requisitos y costos para operar, y que pierde
clientes y ventas frente a los precios más bajos del sector informal.
La precariedad laboral, que implica bajos salarios, largas
jornadas, falta de prestaciones sociales, exposición a accidentes o
enfermedades, y vulnerabilidad ante abusos o arbitrariedades.
La exclusión social, que limita el acceso a los servicios
públicos, a los programas sociales, a la educación financiera, al crédito
formal, y a otras oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Para enfrentar el problema del comercio informal en Guerrero
se requieren políticas públicas integrales que atiendan sus causas
estructurales y sus efectos negativos. Algunas posibles medidas son:
Reducir la pobreza y la desigualdad social, mediante el
fortalecimiento de los programas sociales, la ampliación de la cobertura
educativa, la promoción de la equidad de género, y el combate a la corrupción.
Garantizar la seguridad pública y el estado de derecho,
mediante el fortalecimiento de las instituciones de justicia y seguridad, la
prevención del delito, el respeto a los derechos humanos, y la participación
ciudadana.
Incentivar la formalización de los comerciantes informales,
mediante la simplificación de los trámites, la reducción de las cargas
fiscales, la oferta de créditos y subsidios, y la difusión de los beneficios de
la formalidad.
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