Por Julio Zenón Flores
El partido Movimiento Ciudadano de Guerrero, ha entrado en
una vorágine de mentiras y una abierta confrontación de la mayoría de la
militancia naranja contra el actual dirigente estatal, Julián López Galeana, a
quien califican de traidor, de no respetar su palabra y además, de tener antecedentes
de corrupción, luego de que en su momento fuera despedido por el entonces
gobernador Zeferino Torreblanca Galindo y después por el Ángel Aguirre Rivero.
Siendo de por sí un partido pequeño en Guerrero, que llegó a
su máximo despliegue de fuerza, cuando estuvo a cargo del ahora finado Luis
Walton Aburto, quien llegara a ser alcalde de Acapulco y senador de la
República, gracias a sus hábiles alianzas con el PRD y otros partidos políticos,
pero que fuera de esos momentos destellantes ha quedado como un minipartido de
2 por ciento de votos obtenidos en los procesos electorales, con Julián López como
dirigente parece enfilarse hacia el abismo de nuevas derrotas.
Con la elección del 2024 en la puerta y con Julián López
vendiendo la ilusión a personajes destacados de otros partidos políticos, para
que acepten ser postulados bajo las siglas de MC, con la promesa de hacerlos,
en el caso de Héctor Astudillo o Mario Moreno, miembros del Senado de la
República, y en el caso de Ricardo Taja Ramírez, alcalde de Acapulco, a cambio
de aportar dinero al partido, la realidad parece confrontar al ambicioso joven
López Galeana, que mordió la mano del ex coordinador estatal, Adrián Wences
Carrasco, que fue quien lo recomendó al partido y ahora sufre los embates que buscan
marginarlo de la vida interna naranja.
Y es que la realidad de su auténtica fuerza, la vivió el
partido Naranja en la reciente elección de Coahuila, donde participó en las
elecciones en 16 municipios y sólo obtuvo un 2 por ciento de la votación, ni siquiera
suficiente para garantizar su registro, similar a su 2 por ciento que ha
obtenido en la mayoría de los procesos electorales de Guerrero, lo cual
indicaría que en vez de convertirse en un tercero en discordia en el 2024, se
verá desdibujado, ante la polarización de la elección entre las dos alianzas:
al del PRI, PAN, PRD por un lado y la de Morena, PVEM, PT por otro, como asomó
en las elecciones del 2023.
Esa realidad que ya se mostró en Coahuila, hizo recordar que
ya el joven alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, quien aunque se postuló
por MC no es miembro de ese partido, se negó a convertirse en su candidato
presidencial en el 2024, pues prefiere buscar una diputación desde donde buscará
la gubernatura de Nuevo León, en tanto que Samuel García, no está dispuesto a
dejar la silla de su estado en donde apenas comienza y Marcelo Ebrard ha optado por seguir
leal en Morena, por lo cual todo indica que en el 2024, MC sólo tendrá la
opción de postular a Dante Delgado, con quien no podrá sacar más allá de su…2
por ciento de la votación.
Esa realidad nacional está haciendo reflexionar a los personajes
guerrerenses con los cuales Galeana piensa obtener más votos y dinero:
¿Astudillo, un ex gobernador priista, con un hijo que se está desenvolviendo
bien y tiene un claro futuro tricolor o Mario Moreno, un ex candidato que
estuvo a punto de ganar la gubernatura y que bien puede ser postulado por el
PRI al senado o a una diputación federal, arriesgarán su pellejo en estas
circunstancias? No parecen tan torpes para hacerlo. Taja en cambio, tiene la
posibilidad de arriesgarse, pues le sobra dinero, tiempo y paciencia, para ir picando
piedra, aunque enfrente tendrá a un indómito Ramiro Solorio, que se ha ido
posicionando y ha dicho que buscará la candidatura a la alcaldía nuevamente.
En esas enredadas condiciones políticas, la actuación de
Julián, como chivo en cristalería, le ha llevado a pelearse con el ex
coordinador, Adrián Wences, que tiene la lealtad de la mayoría de los
liderazgos internos y fuertes ligas con el Nacional y, a despedir injustificadamente
a trabajadores del partido, mismos que ya llegaron a los tribunales laborales, debido
a la ambición de López Galeana, que todo indica saldrá pronto, como tapón de
sidra, de esa coordinación provisional que se le entregó y todo, se rumora, por
hacerle caso a un coach presuntuoso y sin experiencia política, que eso sí, es un
hábil vendedor de ilusiones.
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