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NELSON MATUS…LA PUNTA DEL ICEBERG

Por Julio Zenón Flores

La marcha de los periodistas de Acapulco, junto a la realizada ayer por sus colegas de Chilpancingo y la que se llevará a cabo este martes en la Ciudad de México, para reclamar justicia por el asesinato de Nelson Matus, director de Lo real de Guerrero, ocurrido el pasado sábado 15 de julio, es una reacción lógica y esperada de los comunicadores, ante lo que se considera como un ataque directo al gremio, que se une a otros crímenes y atentados ocurridos en la entidad contra el sector, sin que se sepa de detenciones y de encarcelamiento de los responsables.

Sin embargo, aunque todo pareciera un guion diseñado por la lógica, en realidad el asesinato del periodista da la impresión de que forma parte de un plan mayor, no de un ataque a la libertad de expresión o algo urdido expresamente contra Matus en sí.

Su asesinato debe verse en un contexto más amplio: ese sábado 15 de julio, además de él, fueron asesinados el coordinador del Grupo Operativo Jaguar Jonathan Zambrano Juárez y el director del Departamento de la diversidad de la UAGro, Ulises Nava Juárez. ¿Qué los relaciona?

Analicemos los hechos:

Nelson Matus Peña, era, al momento de ser ejecutado, el más importante de los periodistas digitales de Guerrero, participó en Ágora, que fue de los primeros del país en alcanzar cientos de miles de lectores, mismo que fue obligado a silenciarse y, posteriormente creó y dirigía Lo real de Guerrero, que igual que Ágora, se convirtió en el portal más conocido no sólo por la gente informada, sino casi por cualquier ciudadano que buscase información del momento, en especial de la nota roja. Eso lo distinguió de los demás comunicadores y lo convirtió en un personaje políticamente preponderante (PPP), apreciado por el pueblo, pese a la sencillez con que se condujo, todo el tiempo.

Ulises Nava Juárez, director del departamento de la diversidad, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGRO) no era un funcionario más; era una persona muy querida por los universitarios y por la comunidad LGBTI+ y muy ligado al rector electo Javier Saldaña Almazán, (A su vez el hombre más vinculado de la entidad a la comunidad intelectual y académica del país, el único que ha logrado unificar en torno a su figura y campaña a los más de 30 grupos universitarios que anteriormente practicaban el canibalismo político entre sí), que al momento de ser asesinado tenía en su persona el aval de al menos 45 colectivos LGBTI+, que le habían pagado su viaje.  

Ulises fue asesinado en las afueras del Museo Descubre, en Aguascalientes, donde se había realizado en los instantes previos el Primer Congreso Nacional de Litigio Estratégico para la Defensa de la Cuota Arcoiris en México (Nava acudió en representación de al menos 45 colectivos de Guerrero), un tema que en Guerrero apenas está iniciando, con la controversia del joven activista Alberto Mogollón contra las reformas aprobadas por el Congreso de Guerrero sobre las acciones afirmativas.

Jonathan Zambrano Juárez, no era cualquier policía. Era coordinador del Grupo de Operaciones Especiales Jaguar de la Policía Estatal, fundado en el 2018, con un equipamiento especial de alta tecnología, una capacitación de élite y un adiestramiento fuera de serie para operar en áreas rurales o urbanas, inspeccionar casas de seguridad e investigar células delictivas, como lo definió el entonces gobernador Héctor Astudillo Flores, quien los presentó inicialmente con el objetivo específico de fortalecer las acciones para reducir los niveles de inseguridad en la Zona Especial Económica La Unión-Lázaro Cárdenas, así como en el corredor turístico de Ixtapa-Zihuatanejo.

Los tres fueron asesinados con armas de alto calibre y “asegurados”, para que no quedara duda de que no había sido algo fortuito o al azar: Matus de un tiro preciso en la sien, Ulises de nueve balazos a quemarropa y Jonathan con balas calibre 2.23, del que se usa en los fusiles AR 15, capaces de perforar el blindaje.

La muerte de los tres podría movilizar a los sectores a los que representaban, todos ellos influyentes en la ciudadanía: Nelson en la prensa, Ulises en la comunidad universitaria y la LGBTI+ y, en el caso de Jonathan, aterrorizar a los uniformados.

Así las cosas, más bien parece que de lo que se trata es de moverle el piso a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, luego de que las fuerzas que impulsaron la “toma de Chilpancingo” realizada con miles de manifestantes, el lunes 10 y martes 11 de julio se tuvieron que regresar a sus refugios sin haber logrado su real objetivo.

Y es que en esa ocasión, quien orquestó todo tuvo que retirarse con sus huestes, ante la hábil respuesta tanto del presidente Andrés Manuel López Obrador, que descobijó a dos detenidos, que al parecer querían liberar, al presentar en su conferencia mañanera el árbol genealógico de sus relaciones con una banda criminal; como por la gobernadora, Evelyn Salgado, quien desactivó la demanda social que llevaban los comisarios, al comprometer los caminos entre otras cosas solicitadas, al grado de que los contingentes se sintieron atendidos.

Es posible, de acuerdo a este análisis, que lo que buscaban con la “toma de Chilpancingo” ya no fuera solo los caminos ni la liberación de los dos supuestos transportistas detenidos, sino, además, exhibir a la gobernadora, para generar una reacción política, que intentó prender, desde medios nacionales que se le fueron con todo, para poner a la gobernadora contra las cuerdas, pero la habilidad política tanto de ella como del presidente, los frenó.

Las fuerzas que estuvieron detrás de esa movilización, sin embargo, no se quedarían de brazos cruzados e insistirían en el tema.

¿Qué fuerzas son? Sólo se puede decir que, seguramente, son adversas a la gobernadora Evelyn y que tienen capacidad operativa como para mover medios informativos nacionales y como para matar en un solo día a tres destacados guerrerenses (uno de ellos se encontraba en Aguascalientes en un evento), así como áreas de planeación estratégica, para seleccionar a los blancos adecuados, ubicarlos seguirlos, y asesinarlos sin contratiempo.

El reto, pues, no parece menor, pero tanto ellos como nosotros, tenemos que reconocer que, a casi dos años de mandato, Evelyn Salgado demostró mejor manejo de crisis que gobernantes defenestrados por revueltas sociales, que terminaron siendo crisis de seguridad con impacto nacional (Casos Aguas Blancas, El Charco y de los 43 de Ayotzinapa), o que gobernantes que solo “engordaron” con recursos a esos grupos (Con entrega de camionetas, armas, despensas y millones de pesos, como dijo AMLO) y que hoy caen en la desesperación por no encontrar un eco o trato preferencial desde el gobierno del estado como estaban acostumbrados.

La gobernadora sabe, que, en esa ruta, tendrá que fortalecer la parte de la atención a la demanda social para quitarles las bases que sirven de parapeto a estos grupos de la DO, al mismo tiempo que reforzar el trabajo de inteligencia, para adelantarse a los hechos y robustecer las fuerzas federales en el Estado, para seguir sirviendo como se debe al pueblo de Guerrero, sin dejarse presionar por ese tipo de fuerzas obscuras y que cuenta con el respaldo del pueblo que se le otorgó en las urnas.

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Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo, profesor de la UAA en periodismo especializado, maestrante en ciencia política y, diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, Youtube@JulioZenonFlores, Twitter@trasfondoin, e mal: zenon71@hotmail, Whatsapp 7441054888

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