* Se apoderaron de una tanqueta "Black Mamba" con la que rompieron a puerta del Palacio de Gobierno para ingresar violentamente
Chilpancingo de los Bravo, Gro., a 10 de julio del 2023.- Pobladores de comunidades de Quechultenango, Chilapa, Tixtla, Atlixtac y Hueycantenango, armados con varillas, palos, piedras y machetes, irrumpieron violentamente en la capital para demandar obras públicas, enfrentándose con la Policía Estatal y Guardia Nacional, hasta hacerlos huir, no sin antes quitarles una tanqueta y retener a unos 10 elementos y cuatro funcionarios.
Desde las siete de la mañana, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, Fiscalía General del Estado (FGE) y Guardia Nacional (GN), se instalaron en retén en la Autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués, en tanto otro grupo se quedó en el bulevar Chilpancingo-Petaquillas, frente al cuartel de la GN y la Base de Operaciones Mixtas, en el fraccionamiento Río Azul.
Fue hasta las 10:30 horas, que unos 2 mil habitantes de los municipios en mención de la región Centro, se toparon con el retén de Petaquillas que habían instalado las autoridades para taparles el paso.
En un primer momento, el director de Gobernación estatal, Francisco Rodríguez Cisneros, intentó acercarse a ellos para conocer sus demandas; sin embargo, fue recibido a pedradas y explosivos caseros, por lo que salió despavorido, huyendo fuertemente resguardado por los elementos de su seguridad personal, a bordo de una camioneta Suburban blindada color blanco.
Los policías y guardias intentaron contener el avance de los pobladores, pero fueron superados en número y los elementos de la GN salieron huyendo a refugiarse en comercios aledaños, pese al grito desesperado de los uniformados de la SSP, "¡No sean put…! ¡No corran, no dejen que avancen!", pero los clamores se ahogaron entre la lluvia de piedras, palos y varillas que alcanzaron a lesionar a varios uniformados.
La columna humana de campesinos avanzó hasta llegar la Autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués, donde se dio otro enfrentamiento, ahora con elementos de la Policía Estatal, quienes fueron superados en número por los campesinos, y los uniformados corrieron del lugar, pero antes alcanzaron a quitarles una tanqueta blindada tipo "Black Mamba".
Los campesinos también lograron someter a 10 uniformados, entre policías y GN (tres de ellas mujeres), quienes fueron golpeados y obligados a caminar al frente, algunos de ellos descalzos entre los intensos rayos del sol.
Los manifestantes se enfilaron rumbo al Congreso local, donde buscaron entregar un pliego petitorio a los diputados, no obstante, minutos antes había sido desalojado, por lo que continuaron su marcha con rumbo a Palacio de Gobierno.
En la sede del Poder Ejecutivo, los campesinos utilizaron la tanqueta "Black Mamba" para derribar la puerta ubicada a un costado del Oxxo, sobre el bulevar René Juárez, donde fueron atendidos por una comisión de funcionarios encabezados por Ludwing Marcial Reynoso, desde atrás de las rejas.
Pero al no llegar a ningún acuerdo, rompieron la mesa de negociación y retuvieron a otros cuatro funcionarios de la Secretaría General de Gobierno, trasladándose al Parador del Marqués, para bloquear nuevamente la Autopista del Sol.
En entrevista con los líderes del movimiento, declararon que ellos no fueron los que iniciaron el ataque, sino que fueron los elementos de la Policía Estatal quienes los recibieron con gases lacrimógenos, por lo que se vieron en la necesidad de responder la agresión.
Pidieron disculpas a la población de Chilpancingo por generar pánico y provocar el cierre de negocios desde el mediodía; sin embargo, señalaron que decidieron manifestarse así para hacer llegar su pliego petitorio a las autoridades estatales y exigirles que les cumplan.
Entre sus demandas están la rehabilitación de carreteras, entrega de fertilizantes e insumos agrícolas, obras públicas y apoyos sociales; desmintieron que estén exigiendo la liberación de supuestos criminales.
Los enfurecidos pobladores continuaban hasta la tarde bloqueando la Autopista del Sol y mantenían retenidos a policías, guardias y funcionarios estatales.
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