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¿Dónde están los que te acusaban?


Por Julio Zenón Flores Salgado

Ayer viernes 18 de agosto, una marcha contra la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, convocada por un fantasmal grupo autodenominado “Ciudadanos organizados”, fue desairada completamente y nadie llegó al lugar de reunión.

Un día antes, cinco regidores de la oposición, recularon de demoler la base de la escultura que el ayuntamiento construye a la primera mujer presidenta municipal de Chilpancingo, de México y de América Latina, Aurora Mesa Andraca.

Y este sábado, la primera edil de la capital de Guerrero apareció en un evento público entregando apoyos a transportistas y personas de escasos recursos de esa ciudad.

Tres elementos en torno a Hernández Martínez, que juntos indican que la tormenta en la que se vio envuelta está amainando y que sus adversarios no han llegado a conjuntar elementos de prueba suficientes para frenar su carrera política y desbarrancarla de la alcaldía y, como dice el dicho: lo que no mata fortalece.

Y es que, en Chilpancingo todos se conocen, es una ciudad que creció y se desarrolló mientras las relaciones entre familias se fortalecían, en donde todos de alguna manera se relacionaban, por eso ha tenido muy pocos cambios políticos y, acusar a alguien de ellos, difícilmente se sostiene, porque todos, a su modo, han tratado de hacer las cosas por su desarrollo, con todas las dificultades que eso implica y que no son ningún secreto para nadie.

En ese contexto, habría que ver la cola de los acusadores y cuestionar sus verdaderas intenciones y, por supuesto, su manejo de medias verdades, para desacreditar a una alcaldesa en la cercanía de un nuevo proceso electoral, en el que bien podría, si su partido se lo permite, reelegirse.

La gran pregunta, sin ahondar mucho en el tema, es ¿Quiénes son los que la acusan, los que la quieren ver fuera del poder y cuáles las razones reales y si así, con todo, pueden arrojar la primera piedra? O si, por el contrario, como en el pasaje bíblico S. Juan 8:10-11 RVR1960, que narra: “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”, los enemigos se irán escurriendo, poco a poco, ante la contundencia de la razón.

Veremos!

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 Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo, profesor de la UAA en periodismo especializado, maestrante en ciencia política y, diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, Youtube@JulioZenonFlores, Twitter@trasfondoin, e mal: zenon71@hotmail, Whatsapp 7441054888

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