Por Julio Zenón Flores
El ataque armado a Zulma Carbajal Salgado, sobrina del
senador morenista Félix Salgado Macedonio y prima de la gobernadora del estado,
Evelyn Salgado Pineda, pareció soltar una jauría de medios de comunicación del
centro de la república, todos ellos identificados como no afines al gobierno del
presidente Andrés Manuel López Obrador, a los cuales el propio presidente les
ha acusado de haberse hecho de fuertes cantidades de dinero en el viejo
régimen.
Más allá de que los señalamientos se nutrieron de verdades a
medias, datos viejos que se hicieron pasar por actuales, “errores” evidentes,
en fechas y sucesos, como el articulista de El Universal que escribió que las
policías comunitarias habían surgido al amparo del gobierno de Félix Salgado, el
senador Salgado Macedonio, fiel a su estilo poco ortodoxo salió a decir que
supo de una reunión, previa al ataque a balazos en Iguala, en el que murió el
esposo de su sobrina, Humberto del Valle.
Dicha reunión, según el senador y presidente de la comisión
de Defensa del senado de la República, ocurrió el sábado, un día antes del
ataque a balazos a sus familiares, en un restaurante de lujo de Acapulco, a
donde llegaron políticos y medios de comunicación, a los que señaló
genéricamente como “contras”.
Ante la falta de datos precisos o nombres, se ha especulado
que se refería a quienes perciben a su “equipo” el llamado felixismo, como el
enemigo a vencer en la elección del 2024, en donde la entidad renovará todo,
con excepción de la gubernatura.
Sin embargo, dado que los partidos de la oposición en
Guerrero están desarticulados y con fuertes problemas internos, al menos en el
caso del PRI y PRD, que han sufrido fuertes deserciones recientemente y están metidos
en una dinámica interna de control de daños, mientras que el PAN y MC son prácticamente
inexistentes en la entidad, no quedaría más que suponer que Félix Salgado se
refería a fuego amigo, en cuanto al tema político se refiere.
En ese sentido hay que registrar que, los nuñistas, segunda
fuerza interna en Morena, fueron los primeros en salir a defender a la
gobernadora y a calificar los señalamientos mediáticos como “violencia política
de género”, lo cual tiene sentido, pues los principales señalamientos son en el
sentido de que es su papá quien gobierna y le crea los problemas a la
mandataria.
En seguida, diputados que se han alejado del felixismo y que
simpatizan con Pablo Amilcar Sandoval o que traen su propia agenda, también
condenaron los ataques a Evelyn Salgado e igual hizo, con toda contundencia, la
alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, con quien se habían visto
claras diferencias y que mostraron su unidad, en sendos abrazos durante una
gira por Acapulco.
De los medios de comunicación locales no se ha podido
identificar a ninguno, que se pudiera calificar de “contra” de la gobernadora,
ningún periodista conocido a admitido haber participado en alguna reunión con
políticos en un restaurante de Acapulco, para conspirar con Los Salgado, pese a
que sus contenidos los delatan.
En conclusión, está claro que efectivamente hay mucha gente
interesada en minar el poder político de la familia Salgado, que como equipo no
solo tienen en sus manos el gobierno estatal, sino también la presidencia de la
Jucopo en el Congreso y una amplia mayoría de consejeros estatales y nacionales,
por lo cual los otros “equipos” temen que los avasallen en la selección de
candidatos para las elecciones del 2024 y que por lo tanto tendrían mucho
interés en provocar una crisis en el felixismo, cosa que por ahora no se logró
y, por el contrario, se vieron en la necesidad de salir en su defensa, dejando claro que las diferencias políticas no les impiden trabajar juntos ni les llevarían a incurrir en actos deleznables. Tienen sus diferencias, pero no son "Los contras".
En ese sentido, quizás a los “contras” a los que se refiere
Salgado Macedonio, habría que buscarlos en los poderes fácticos que se han
apoderado de espacios políticos a través de diversos partidos políticos y que
ahora se disputan nuevos territorios a sangre y fuego y que seguramente, en el
2024, querrán refrendar o ampliar su poder en el escenario político estatal,
para lo cual recurren a demostraciones de fuerza de las que ya hemos sido testigos
y seguramente lo seguiremos siendo, porque han existido por décadas y no hay visos de que se debiliten o dejen de existir en los próximos años.
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