Roberto Camps
Mucho se habla en los círculos políticos de cuál será el destino de los demás aspirantes de Morena a la Presidencia de la República, luego de que Claudia Sheinbaum fue elegida para ser la candidata a la Presidencia de la República.
El desenlace en el que Marcelo Ebrard pone en duda su permanencia en Morena, estaba fuera de los cálculos, la decisión que tomará el próximo lunes puede ser crucial para la continuidad del proyecto del presidente López Obrador.
Aunque el presidente AMLO lo desdeñe, la capacidad de daño de una figura de su calibre puede mermar a Morena.
Ebrard estira la liga pero sabe muy bien que ya no hay vuelta atrás en el proceso de selección morenista. Todas las encuestadoras, incluyendo la que él propuso, lo colocaron en segundo lugar, y es de esperarse que ya, con los ánimos más fríos, regrese al redil de la Cuarta Transformación.
Previamente se hicieronesfuerzos para que prevaleciera la unidad, y eso se viuo se vio en el anuncio de la delantera de Sheinbaum en las encuestas este miércoles, donde la favorita del Presidenre salió acompañada de casi todos los aspirantes.
A pesar de las acusaciones sobre vicios en el proceso, si no ha y acusación en las instancias correspondientes, no hay sanción.
Al final, creo que habrá acuerdos y lo que seguirá es una compleja etapa de negociaciones al interior de Morena.
Ante la unción de Claudia Sheinbaum se prevé que empiece a ejercer el poder para incidir en las candidaturas en estados y municipios de 2024, si intenta avasallar, dejaría muchas heridas y rompería equilibrios.
El poder de las y los gobernadores y de los aspirantes a la nominación por la Presidencia son expresiones políticas con las que se debe acordar.
Si Marcelo Ebrard emigra hacia otro partido político, sería casi su suicidio político, porque una eventual candidatura por Movimiento Ciudadano no es una opción de triunfo, sobre todo por la división que prevalece en este partido luego de que Dante Delgado se ha negado a integrarse al Frente Amplio por México.
El presidente AMLO con agudeza adelanta que si Ebrard se va, le restaría los votos de la clase media a Xóchitl Gálvez.
Eventualmente, no se puede descartar que Marcelo busque medirse frente a Xóchitl Gálvez para escoger a uno de los dos.
Si se queda, como es previsible, habrá de encarecer la negociación para él y sus seguidores, primero ocupando él mismo el liderazgo del Senado, que no es cualquier cosa y de ahí una cascada de cargos en la administración pública, diputados, senadores, gobernadores y hasta presidentes municipales.
Por lo que toca a Adán Augusto Hernández, el hombre más cercano al Presidente, éste se orientará a construir desde del partido, o muy probablemente desde el liderazgo del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados (no hay que dar por hecho que los morenistas obtendrán la mayoría), sin descuidar sus alfiles que lo promovieron en los estados de la República y que contenderán en diversos cargos de representación popular y en la administración pública
El zacatecano Ricardo Monreal por su parte, un cuadro político de mucha valía, ha manifestado veladamente su interés de contender por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, con lo que quedaría satisfecho en sus aspiraciones inmediatas, además de la promoción de algunos de sus pupilos que le acompañaron en el Senado y que se encuentran en la antesala de ser gobernadores.
Sin embargo tiene a su lado a Omar García Harfuch, cercano a Claudia Sheinbaum, quien ha abierto su intención de ir por la Ciudad de México.
Manuel Velasco, del Partido Verde, quien creció en un 40 por ciento su imagen y reposicionó al Verde, tiene asegurada una secretaría en el eventual proxímo gabinete presidencial, su aporte a la construcción de la mayoría en ambas cámaras, amén de su contribución a legitimar el proceso, que en política cuenta y cuenta mucho.
Finalmente, el petista Gerardo Fernández Noroña quien alcanzó un posicionamiento inusitado en estas semanas, tiene varias canicas con que jugar y hay quienes lo apuntan desde ahora para ser líder de la bancada morenista, o a un cargo en el gabinete. Y más allá de ser militante del Partido del Trabajo, que parecería una cosa menor, esto podría catapultarlo a la gubernatura del estado de Morelos.
Viene una encrucijada para el movimiento que impulsó AMLO, y aunque ha marcado distancia de su partido, difícilmente dejará que se le escurra entre las manos o se convierta en una hoguera de vanidades.
Al final, el Presidente y la futura candidata les darán un rol que jugar para garantizar la unidad hacia el 2024 en una elección inédita con la participación de dos mujeres, fuertes aspirantes a la Presidencia de la República.
Pero esa es otra historia.
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