LA CRÍTICA POLITICA Y SOCIAL A LAS AUTORIDADES TRAS EL HURACÁN "OTIS"
Por Julio Zenon Flores
En Acapulco, golpeado como nunca por la fuerza devastadora del huracán "Otis", permea una discusión sorda en las redes sociales y en los grupos de personas que se reúnen en los espacios públicos: ¿Han actuado las autoridades de manera correcta, tanto en la prevención como en las labores de auxilio, rescate y recuperación, de la ciudad?
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido el más cuestionado, de los tres niveles de gobierno involucrados, seguido de la alcaldesa Abelina López Rodríguez y en tercer lugar la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda.
Muchas de las críticas, se entiende, provienen de la desesperación de quienes quedaron sin nada, o perdieron lo esencial o, mínimo luz, agua, servicios, higiene, abasto de víveres, y de que la ayuda tardó en llegar más de lo esperado. La carencia de lo personal, es comprensible, no da lugar al razonamiento, es la molestia la que se expresa de manera libre y justa.
Pero hay otro nivel de la crítica, en el que es inevitable observar la ideologización o la politización y partidización, para aprovechar el momento electoralmente, con la premisa de que todo evento traumático, socialmente hablando, genera cambios: "una crisis como la de Otis, lleva a una crisis social y luego a una crisis política", dijo el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, en una entrevista con el periodista Joaquín López Dóriga.
En lo práctico, la crítica social hacia el presidente López Obrador tiene su base principal en que a casi un mes de ocurrida la desgracia, el mandatario no ha recorrido personalmente las colonias o zonas con mayores daños, comparándolo, sobre todo, con el presidente Ernesto Zedillo, quien en 1997, al enterarse que el puerto había Sido golpeado por el huracán Paulina, abandonó una gira internacional en Alemania y voló a Acapulco en un lapso de 48 horas, acompañado de su pull de prensa, recorrió zonas dañadas y despachó desde la propia presidencia municipal, en el parque Papagayo, donde escuchó diversas voces, dando incluso acceso a la prensa local.
La comparación es inevitable, pero en la realidad, la crítica pierde peso si se considera que AMLO destinó casi de inmediato 61 mil millones de pesos, en un decreto de 20 puntos que abarcó prácticamente todos los aspectos, tanto en ayuda personalizada a todos los afectados (a diferencia de los gobiernos anteriores) , como en partidas económicas etiquetadas a las empresas y dependencias que tienen la obligación de reponer los daños: CFE, Conagua, Capaseg, Capama, limpia, salud, entre otras, además de los buenos oficios ante las cúpulas empresariales. Es decir, salvo la carencia del apapacho personal, que en una sociedad paternalista, caudillista, como la mexicana siempre hace falta, la realidad es que la presencia presidencial sí se sintió en Acapulco, desde los primeros contingentes que llegaron en masa a ayudar.
¿Qué sería hoy de Acapulco sin los miles de trabajadores de CFE, Guardia Nacional, SEDENA, Cruz Roja, Servidores de la nación, de Salud y otras?
En relación con la gobernadora Evelyn, la crítica ha sido bastante fatua; que si se maquilla para recorrer las colonias o que si sus botas se ven limpias y no pasa de ahí. Y es que la joven mandataria es, a todas luces, quien ha asumido toda la conducción de la ayuda en Acapulco y Coyuca, así como de las tareas de reconstrucción y ha combinado su presencia en el centro de mando, donde se toman las decisiones, en coordinación sobre todo con la secretaria de gobernación, María Luisa Alcalde Lujan, que además de ser su amiga le ha cedido todo el mando, así como con las fuerzas castrenses y el resto de los niveles de gobierno, hasta sus enlaces para garantizar la continuidad de hoteles, restaurantes, bares, cafeterías, etc, y sus recorridos diarios tanto por las colonias como los barrios y la zona rural, llevando a todo su gabinete con herramientas y equipo pesado para trabajar.
La crítica a la presidenta municipal, Abelina López, ha sido más dura y sostiene que no se le vio en los primeros momentos después del desastre y se ha visto agravada, la crítica, por la actuación poco dinámica de varios de sus secretarios y directores y más aún, al darse a conocer que su secretario particular y encargado de sus redes sociales, su fiel acompañante, Ángel Vargas, participó en la rapiña de objetos que no son precisamente de primera necesidad, pues se le ve en todas las imágenes difundidas, cargando algunos juguetes, que bien podría comprar con su elevado sueldo como funcionario municipal.
En la realidad, Abelina sí estuvo al pendiente desde el primer momento -le consta a este columnista- tanto en avisos del fenómeno que se avecinaba, como en labores de ayuda a los damnificados, su problema, fue o ha sido hasta el momento, que tardó en hacerlo con equipo pesado y que se le miraba descoordinada con los otros niveles de gobierno, sin ser invitada a las reuniones con el presidente AMLO en el centro de mando instalado en la base Naval de Acapulco, marginándola así de la difusión de acciones que se hacen en conjunto tanto con el gobierno federal como el estatal, que por razones lógicas tiene mucha mayor resonancia que lo difundido por el nivel municipal.
Muchos han atribuido esa imagen de falta de coordinación, a una supuesta falta de humildad para pedir la ayuda que el puerto necesita. Eso se dice hasta en sus círculos más cercanos, sin embargo, eso parece más bien una percepción de quien lo dice y no una política verificable.
Los hechos indican, hasta el momento, que tras la vacilación gubernamental que dejó un vació de cuatro días, en los cuales predominó la rapiña, el saqueo y el miedo ancestral de la falta de garantías, los tres niveles autoridad, no lo han hecho tan mal en Acapulco: han limpiado ya casi por completo la zona turística, necesaria para que las fuentes de empleo funcionen y den estabilidad a las familias de los trabajadores y han avanzado en la limpieza de una parte importante de las colonias, además de que han evitado una crisis de salud.
Esta actuación lenta, pero segura, de las autoridades, incluyendo el rescate de la confianza de los grandes empresarios del turismo, está devolviendo paulatinamente la tranquilidad a los ciudadanos y eso puede frenar las expectativas de los opositores que ya prácticamente dan por hecho que Abelina no se podrá reelegir, y que Morena tendría un descalabro en Guerrero en la elección de diputados tanto locales como federales y una baja en la votación a favor de la futura candidata presidencial Claudia Sheinbaum.
Los colonos que hoy alimentan las corrientes de inconformidad, no tardarán en darse cuenta que limpiar primero la zona turística permite reactivar la economía y que las calles de los barrios irán poco a poco siendo limpiadas por las autoridades.
Los que sí quedaron marcados y no parecen tener una forma de reponerse, son los diputados federales de Morena, que votaron en contra de destinar recursos en el presupuesto de 2024, para la reconstrucción, pues es obvio que llevará todavía muchos meses y que los recursos destinados por AMLO, serán insuficientes, para tareas pendientes.
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