Por Julio Zenón Flores Salgado
Abelina
López Rodríguez, la alcaldesa morenista de Acapulco desde el 2021, no se ha
destacado por ser políticamente correcta. Es polémica, testaruda, alejada del
buen vestir y el buen comer.
Ha
estado en el centro de los reflectores por su carácter bravío: “Son
ignorantes”, espetó desde la tribuna a sus colegas diputados federales, que
armaron un escándalo cuando ella les dijo lo que todo el mundo sabía, pero
nadie se atrevía a reconocer: que la justicia pasa por los oscuros pasillos del
soborno. “Tuve que dar 20 mil pesos para que un caso avanzara”, a lo que los
legisladores respondieron en turba: “corrupta”.
Si eso
dijo ante diputados federales, hay que recordar que también tuvo un momento
acalorado con la prensa local en Acapulco. “Toma la nota ahí”, gritó, lo que
fue objeto de miles de memes y que tuvo que conciliar después en una mesa de la
CODEHUM.
Directa
como es, soltó la expresión de que parte de la violencia existente en el puerto
se explicaba por “el calor”; más tarde, en un desencuentro con personal del
gobierno estatal, les recordó que estaban en “territorio Acapulco”, dentro de
una sorda mala relación con el gobierno estatal.
“No voy
a cambiar mi modo de vestir, porque mi sueldo no me alcanza para comprar ropa
de diseñador de miles de pesos”, expresó en otra ocasión, en lo que se leyó
como un reproche soterrado a más de una persona de la clase política que, en
cuanto asumen un cargo de alto nivel, reflejan altos gastos en sus atavíos.
Es una
mujer dura y ahora se encuentra en medio de una lucha también dura, por
reelegirse en el cargo para estar al frente otros tres años de los destinos del
municipio que la acogió hace décadas como una de los suyos, en la lucha por la
supervivencia.
Las
críticas son duras, pero ante las críticas, rumores y especulaciones, no se
puede negar el trabajo y la cercanía de Abelina con la gente, que se nota en
los avances que ha tenido Acapulco, con todo y sus dificultades que, viniendo
de lejos, no se han podido solucionar.
Tampoco
se puede negar que la reconstrucción de Acapulco ha sido gracias al trabajo
diario con las brigadas municipales y el apoyo de la sociedad civil.
No se
ha cruzado de brazos y ya son varios los operativos que se han implementado de
manera oportuna para atender las necesidades de los acapulqueños y el turismo,
como el operativo “transporte seguro” o la recolección de basura después del
huracán Otis.
Aunque
no se puede atribuir a ella todo el mérito, es un hecho que las mejoras son
significativas, que la reactivación del puerto se ve, sin olvidar que es un
trabajo que lleva tiempo, pero su gobierno municipal, con su muy particular
estilo personal de Abelina, ha demostrado cercanía y constancia.
En
conclusión, tenemos que decir que, pese a lo ruda o políticamente incorrecta
que es, el gobierno está trabajando y lo está haciendo bien, de la mano de la
gente, para dar los mejores resultados, enfrentando la crítica de buen talante
y señalando eso sí: “Aceptamos la crítica, no las mentiras”.
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?