El partido se fortalece depurándose
La lucha interna da al partido fuerzas y vitalidad; la prueba más grande de la
debilidad de un partido es la amorfia y la ausencia de fronteras bien
delimitadas; el partido se fortalece depurándose
Carta de Lasalle a Marx (1852) que encabeza ¿Qué
hacer? de Lenin
Por Julio Zenón
Flores Salgado
A una semana de la
renuncia al PRI del excandidato a gobernador Mario Moreno Arcos y del ex
gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, no se han visto aún los
estragos que ellos esperaban provocar en la estructura del tricolor y, lo que
se empieza a vislumbrar es un efecto contrario.
Y es que, contra
los pronósticos catastrofistas, la salida de ambos personajes, junto con un
centenar de leales, dio al Revolucionario Institucional la posibilidad de dar
entrada a nuevos liderazgos que permanecían a la espera de alguna oportunidad,
pero que se veían subyugados por el control férreo de ambos personajes sobre la
estructura tricolor, sobre todo en Chilpancingo.
Al menos así se lee el nombramiento de Juan Agama Montaño,
como secretario de Organización en sustitución del veterano Enrique Galeana
Chupín, así como de , Cuauhtémoc Eugenio Rentería, nuevo secretario de Acción
Electoral, quien por cierto es un joven abogado de 41 años, cercano al diputado
Jesús Parra, que llevaba años en la talacha; Flavia García García: secretaria
general adjunta de la Secretaría General; por su parte, Jaime Pineda Ruiz,
ahora secretario general adjunto, que proviene de un grupo denominado los
80-20, jóvenes que ahora tienen una oportunidad abierta por el hueco dejado por
los astudillistas y morenistas.
Entre los nuevos valores que llaman la atención, destaca Eric
Francisco Morales, que quedó a cargo de los jóvenes del Movimiento PRI.mx, así
como de Néstor Urióstegui Díaz, que viene de ser un importante activista de la
UAGro y ahora está a cargo del Movimiento Territorial, que antes controlaba
Astudillo, mientras que Luis Enrique Castro López, del grupo de Bety Vélez, que
ahora está a cargo de la CNOP, sustituye a un cuadro de Mario Moreno, en tanto
que Gisela Isadora Morales Jacinto, cercana al diputado Olaguer Hernández,
queda a cargo del Instituto Reyes Heroles, que antes detentaba un astudillista,
Juan José Balboa: Red de Jóvenes por México y Celso Atrisco Nava: presidente de
la Comisión de Ética Partidaria y por supuesto el sustituto del astudillista
Joel Eugenio, que fue remplazado por Edwing Morales, cercano a Bonifacio
Montufar.
Al revisar esos nombramientos, se puede observar que el PRI
que quedó en la actualidad no es como creían los que se fueron, sino un PRI más
plural e incluyente que da espacios a diferentes liderazgos del tricolor, lo
que finalmente es una buena noticia, pues en rigor hacía falta esa sacudida del
árbol, ya que como se sabe las aguas estancadas se pudren y en el caso que nos
ocupan llevaban décadas muy quietas bajo el férreo control de Moreno y
Astudillo.
Por otra parte, en términos de las posiciones de
representación popular, hasta la fecha sólo se han ido dos diputados locales
astudillistas: su hijo Ricardo y su incondicional Gabriela Bernal, aunque se
prevé que también se vaya Héctor Apreza Patrón, figura ligada a Astudillo, pero
que pagaría el costo de tener que dejar de ser parte de la Jucopo y los
privilegios que eso conlleva. Mientras que ocho de ellos, Alicia Zamora
Villalva, Julieta Fernández Márquez, Rafael Navarrete Quezada, Jesús Parra
García, Esteban Albarrán Mendoza, Flor Añorve Ocampo, Adolfo Torales Catalán y
Olaguer Hernández Flores, ya se vieron activos en el nuevo PRI al acompañar a
Alejandro Bravo Abarca, ratificado en el cargo, a la toma de protesta de los
nuevos cuadros directivos en Chilpancingo.
Hasta el momento de escribir estas líneas ninguno de los 19
alcaldes priistas ha desertado de las filas del tricolor y, por el contrario,
se han atrincherado en sus territorios, para esperar el embate de sus otrora
compañeros Héctor Astudillo y Mario Morero.
De los personajes relevantes que decidieron quedarse se
anotan además de los diputados mencionados y los alcaldes de los principales
municipios, a Bonifacio Montúfar Mendoza y Gerardo Lara y a los expresidentes
del CDE del PRI: Efrén Leyva, Héctor Vicario Castrejón, Celestino Bailón
Guerrero, Juan José Castro Justo y Ernesto Sandoval.
Así las cosas, pese a que la situación del PRI de Guerrero
no vive su mejor momento, la realidad es que tampoco fue devastado por las
renuncias y que tampoco se cumplió el pronóstico del “puro cascarón”, sino que,
por el contrario, al romperse el cacicazgo de los Astudillo y Moreno, se
permitió aflorar nuevos liderazgos, que muy probablemente darán nueva vitalidad
al partido.
Total, que, al final, Astudillo logró, con su salida, lo que
él decía que quería para ese partido cuando recién había triunfado como
gobernador en el 2015: que en el PRI se diera oportunidad a los jóvenes y se
abriera el abanico. Lo irónico fue que se abrió esa posibilidad con su salida y
no bajo su conducción, pero…así es la política. Ahora hay que esperar a ver
cómo les va cuando regresen a hacer campaña al territorio y se encuentren con
aquellos que los apoyaron para llegar a los cargos que tuvieron en el priismo y
a quienes tendrán que combatir, tratándolos como enemigos, porque así viene la
tónica del llamado partido “fosfo fosfo” y de los aliados de Morena.
Por su parte el exgobernador Astudillo no encontró un buen
panorama a su salida del tricolor, pues si el argumento de su salida fue porque
no le dieron espacios que buscaba, en MC ya se topó con que en la lista pluri
ya va Claudia Ruiz, así que no hay espacio para él.
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?