Por Julio Zenón Flores Salgado
La figura del empresario acapulqueño Carlos Granda Castro ha
llamado la atención en los últimos días, en el marco de la disputa por la
selección de quien abanderará a Morena para tratar de mantener en poder de ese
partido la presidencia municipal de Acapulco.
Lo interesante es que se trata de un personaje al que no se
le vincula de manera visible con alguno de los “equipos” que hacen vida al
interior del partido de AMLO y que se han distribuido desde los consejeros
hasta cargos administrativos en los espacios de gobierno que poseen y la mayoría
de las candidaturas que se presentarán en la boleta en la elección del 2 de
junio próximo.
Tampoco se le liga a la clase política tradicional, ni se le
ha visto hacer alarde de los comedores comunitarios que instaló en los días más
aciagos que siguieron a los destrozos provocados por el huracán Otis, ni hacer
campaña política alguna aprovechando que los productos que vende su empresa,
pollo y huevo, son de alta demanda y muy bajos precios.
Sus movimientos en el tablero del ajedrez político parecen
más bien de bajo perfil, pese a que su formación como abogado le obligan a
manejar el buen discurso y a que ya fungió como diputado local.
Parece curioso que desde que se abrió la convocatoria para
que se registraran en las instancias internas de Morena todos aquellos o
aquellas que se consideraran con prendas suficientes para ser, llegado el caso, postulados por el partido
para gobernar el principal municipio de Guerrero, hayan brincado bajo los
reflectores nombres de mujeres y hombres en posiciones de poder dentro del
propio organismo político o en espacios de representación popular, tal vez
porque así lo indican las tradiciones no escritas de la política local,
mientras otros, como el propio Granda, quedaban en el anonimato.
Curioso porque entre los primeros que se comenzaron a
mencionar se generó una guerrita interna sorda, en la que cual más se decía
ganador y menospreciaba al resto.
Y de pronto ¡flash! (Luis Miguel dixit) El nombre de Carlos
Granda aparece en versiones surgidas de las altas esferas del morenismo nacional,
donde se asegura que apenas cinco de los 19 originalmente anotados en la lista
del ensueño, habían alcanzado un espacio en la mesa de las decisiones.
Escuchar el nombre del empresario del pollo y los huevos dentro
del pequeño grupo de posibles, a escasas horas de que se de a conocer el
resultado de la encuesta que según diversas fuentes se comenzó a levantar el
pasado sábado 29 de enero, de alguna manera recordó la selección de Adela Román
en 2018: Mientras en Acapulco una docena de aspirantes se decían favorecidos y
se daban con todo, la magistrada era presentada en Taxco de Alarcón por el
propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Es difícil aventurar que será él quien represente a Morena
en Acapulco, pues son aún varios factores que se deben resolver, como la propia
fórmula al Senado que está atorada, o las recomendaciones de Félix Salgado, Iván
Hernández, Adán Augusto o Marcelo Ebrard ante Claudia Sheinbaum o el propio
presidente López Obrador, pero lo que sí se puede decir es que, ya está dentro
de la tómbola y que, cuando empiece a girar, todo puede suceder.
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