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Sandra Luz ¿Y el mandato constitucional?

El voyerista.

Por Alfredo Guzmán.


¿A cada iglesita, se le llega su fiestecita?

La mayor violación cometida por la actual Fiscal del estado de Guerrero, es al ordenamiento constitucional. Y eso tiene un costo.

Que se burle de la investidura militar, es su cuento.

Que ridiculice al mandato militar, es grave. Que se burle de los guerrerenses, igual.

Que se burle de los diputados y diputadas, es entendible, hay parálisis legislativa, porque ya andan en campaña.

La aún titular de la Fiscalía de Guerrero, no ha cumplido nada de lo que se comprometió y desde que llegó ha generado conflictos en contra de la función de una dependencia vital, para la vida, seguridad, construcción de un ambiente sano socialmente.
Ha convertido a la Fiscalía General del estado de Guerrero en su juguete y con ello, ha provocado una crisis entre los tres poderes del estado, luego de que se ha burlado de los diputados, del Ejecutivo local y federal y ha colocado a los militares en un ridículo mayúsculo, los ha ninguneado y ha exhibido la incapacidad militar, para obedecer las leyes civiles.

Mi poca experiencia política, no me alcanza para establecer qué quiere, porqué lo hace y para qué se empecina en estar donde nadie la quiere. Ni siquiera quien la puso.

La dimensión de la crisis en que se encuentra la Fiscalía de Guerrero y que ha provocado en los diputados, quienes le rindieron protesta y ahora pidió permiso por 6 meses en los momentos de mayor crisis social y de violencia en Guerrero, para ir a resolver problemas personales y luego se desdice, retorna y comunica a quien dejó de suplente, que no lo quiere ver ni en pintura, retrata a una persona con serios problemas emocionales.
Rompe con la lucha de millones de mujeres, que sin duda les ha costado romper moldes, para mostrar que son más capaces que muchos hombres que les niegan capacidad de cumplir roles de poder.

Si los diputados y diputadas de Guerrero no son capaces de dimensionar que esta crisis, puede generar hasta la desaparición de poderes en el Estado, tampoco están cumpliendo su función de velar por hacer cumplir la ley, que dicen defender.

Si la Marina y la Sedena tienen disputas palaciegas por avanzar en demostrar que las labores civiles, son algo que tienen clara conciencia en su significado, deberán mostrarlo ahora.

Si la presidencia de la República, no reconoce que se equivocó al colocar a militares en funciones cívicas, al menos en un estado convulso, irredento, indómito y que empieza a sacar la cara violenta, al quemar oficinas, juega con fuego.

El estado de Guerrero, no es un laboratorio social, para jugar a los malabares circenses del poder.

La pradera seca no requiere chispas.

El cierre de un sexenio con problemas que saltan como conejos por todos lados, es peligroso.

Y en medio de todo, la sociedad mexicana inerme, que busca alternativas al caos.

Continuidad o cambio, serían los elementos a considerar al discurso triunfalista de que hoy estamos mejor que nunca.
Al tiempo?

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