Por Julio Zenón Flores
Como estamos en temporada electoral, todo reconocimiento que se haga a personajes políticamente preponderantes suena como propaganda, por eso no resulta fácil escribir que la realización en Acapulco de la 48 edición del Tianguis turístico de México haya sido una hazaña de gestión.
Sin embargo, así es. Pero, aunque la primera persona que nos viene a la mente es la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, por ser la anfitriona y el personaje político más relevante por su propia investidura, se debe dejar claro que no todo el crédito es para ella.
El sector privado jugó un papel fundamental en su realización en Acapulco, pues mostró su espíritu solidario para no cancelar un evento tan importante para los guerrerenses, que aunque ya estaba programado, siempre estuvo en vilo la posibilidad de cambiarlo de sede, como hicieron algunos representantes del capitalismo salvaje, que se llevaron sus eventos a otras tierras, cuando vieron mal herido al destino que les daba cobijo.
Hay que recordar que los hombres del dinero no tienen más dios que el capital y que por eso, haber aceptado que el Tianguis se hiciera en un Acapulco que no viste sus mejores galas, debido a que no se ha terminado su reconstrucción, es algo inusitado en quienes solo lo han visto como un objeto de explotación.
Por eso hay que hacerles también a ellos, a los hombres del negocio del turismo un reconocimiento (aunque personalmente me duela porque para mí son y han sido destructores de la idílica imagen original de mi querido Puerto), pero la realidad es que no lo habrían hecho sin una gestoría eficaz de los representantes de Guerrero.
En este caso, es imposible regatearle el mérito al gobierno de Evelyn Salgado, así como al gobierno federal, que por cierto, le cedió los reflectores a la joven mandataria al mandarle como representante presidencial a Miguel Torruco, un secretario de poco impacto por su bajo nivel de efectividad en su cargo.
Finalmente, aunque Torruco, como todo hombre de poca visión aprovechó para darle un reconocimiento a su hijo y placear a la familia, favoreció al lucimiento de la Gobernadora, pues si hubiera venido el presidente Andrés Manuel, él se hubiera llevado todo el escenario.
Hasta la presidenta municipal Abelina López se vio bien en los actos oficiales del Tianguis, mejor vestida, más cercana a la mandataria estatal, por lo cual las cosas estuvieron positivas.
En conclusión, la realización del Tianguis fue un acto solidario del sector turismo, de apoyo al destino, bien gestionado por la gobernadora Evelyn Salgado, por encima de lo números y resultados crudos relativos a ventas, citas de negocios y demás.
Ahora hay volver a poner toda la atención gubernamental en reconstruir a fondo el destartalado Acapulco para que los hoteles pendientes de reanudar actividades lo hagan y las habitaciones de segunda residencia revivan, para eso hay que apostar también a mejorar los servicios públicos y en eso juega un papel fundamental el municipio, que hasta ahora está en manos de Abelina López.
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