La presidenta municipal de Acapulco, Abelina López
Rodríguez, no dejó pasar en vano la feliz noticia de que la COFEPRIS (Comisión
Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios) excluyó a todas las playas de
este balneario turístico de la lista de las 18 más contaminadas. De inmediato,
convocó a un acto masivo para celebrar este logro, acompañada de los
principales responsables del área de saneamiento, turismo y medio ambiente.
Durante la celebración, se realizaron labores de limpieza en la zona de arena,
donde funcionarios, algunos de ellos con manos tan delicadas que requirieron
guantes, utilizaron rastrillos y escobas.
Pero la alcaldesa no estuvo sola en esta celebración. Además
de los directores y secretarios del ramo, asistió una representante de la
propia COFEPRIS, quien confirmó y felicitó a las autoridades locales por los
resultados del monitoreo previo a la temporada turística de verano. También
estuvieron presentes representantes de los notarios, como Jorge Ochoa Jiménez,
eterno representante del llamado Consejo Ciudadano de Seguridad, Raúl Pantoja,
líder de los trabajadores de la playa, y el empresario Jesús Zamora,
propietario de tres negocios en la zona. Esta diversidad de participantes le
dio a la celebración un tono consensual y colaborativo.
La reelecta alcaldesa enfatizó que ningún gobierno puede
enfrentar estos desafíos solo; es necesario contar con la ciudadanía. Durante
el evento, realizado en dos escenarios emblemáticos (el Asta Bandera y la plaza
Quebec, recientemente remodelada por el gobierno estatal bajo la dirección de
Evelyn Salgado Pineda), se respiraba alegría entre los asistentes.
Para lograr playas limpias en Acapulco, se destacan dos
elementos clave. En primer lugar, el eficaz trabajo del director de la CAPAMA,
Hugo Lozano Hernández, quien no solo ha mantenido en buen estado las finanzas
de la paramunicipal, sino que también ha controlado los derrames de aguas
negras (drenajes) hacia la bahía. La rehabilitación y sustitución de colectores
viejos y deteriorados han sido parte de su labor.
En segundo lugar, la rápida ejecución de obras por parte de
la CAPASEG, con recursos federales, ha sido fundamental. En tramos donde los
colectores ya no existían, la alcaldesa, Abelina López, impulsó estas obras con
recursos propios. Además, después del huracán Otis, se liberaron partidas
financieras para ampliar lo proyectado, aprovechando los miles de millones de
pesos destinados a la reconstrucción.
Un detalle no mencionado públicamente, pero relevante para
la limpieza de las aguas en las playas acapulqueñas, es la utilización de
modernos drones marinos. Estos drones han revelado la presencia de nuevas y
potentes corrientes internas en la bahía, incluso arrastrando pedazos de
embarcaciones destruidas durante el paso del huracán Otis. Quizás esta sea la
razón por la cual la playa Manzanillo registró solo 50 partículas
contaminantes, muy por debajo del límite permitido para considerarla apta para
la recreación humana, a pesar de los restos de fibra de vidrio detectados
previamente.
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