Por Julio Zenón Flores Salgado
La participación del Fondo Nacional de Fomento al turismo
(Fonatur) en la reconstrucción de Acapulco con una inversión de más de 4 mil
millones de pesos, a aplicarse desde la Zona Diamante hasta Pie de la Cuesta,
revelada por la presidenta municipal, Abelina López Rodríguez, pese a ser una
buena noticia, también debe encender las luces de alerta, de la propia
alcaldesa, pues no es una dependencia que goce precisamente de buena fama y su
relación con este destino de playa ha sido más bien mala.
Fonatur también estuvo involucrado en varios proyectos
importantes en Acapulco que no dejaron precisamente un buen sabor de boca.
Renovación del Malecón: En 2019, Fonatur participó en la
renovación del Malecón de Acapulco, un proyecto que incluyó la mejora de la
infraestructura peatonal y la instalación de nuevas áreas recreativas. La
inversión para este proyecto fue de aproximadamente $200 millones
de pesos. Basta revisar la prensa de la época para darse cuenta de que la obra
no fue del agrado de los acapulqueños y que se incluyó la famosa remodelación
del zócalo que quitó el quiosco de cantera y cambio las baldosas y podó los
árboles quitando además un par de ceibas.
Mejoras en la Zona Diamante: En 2020, Fonatur destinó
recursos para mejorar la infraestructura en la Zona Diamante de Acapulco,
incluyendo la ampliación de vialidades y la mejora de servicios públicos. La
inversión en este proyecto fue de alrededor de $150 millones de
pesos. En este sentido hay que recordar que un área de inversión fue el
Saneamiento, con la construcción de 22 plantas tratadoras en esa zona de las
cuales ninguna funciona, según dijo la propia Abelina, en una entrevista.
Proyectos de Saneamiento: En 2021, Fonatur colaboró en
proyectos de saneamiento y mejora de la red de drenaje en varias áreas
turísticas de Acapulco, con una inversión de $100 millones de pesos,
cuyos resultados hasta la fecha no se han podido ver por la ciudadanía.
Renovación de la Zona Tradicional de Acapulco: Fonatur intervino
en la inversión y gestión de la renovación de esta área con el objetivo de
aumentar las tasas de ocupación hotelera y mejorar los servicios y las
instalaciones. Este proyecto se anunció en abril de 2023 y no se tienen
datos de que se haya concretado, sin embargo, debe tenerse la seguridad de que
ya se tenían recursos etiquetados para ello.
Aunque se llegó a hablar de su posible desaparición, Fonatur
propuso, en las reuniones de gabinete sobre la reconstrucción de Acapulco,
después de su devastación por el huracán Otis, un proyecto para reparar los daños, e implementar un diseño
innovador y sustentable para revitalizar la ciudad. Al respecto, la presidenta
Abelina habló de que serían incluidas obras de drenaje y agua potable, luminarias,
accesos de playa, andadores y otros servicios, desde la Zona Diamante hasta Pie
de la Cuesta, con un presupuesto que superaría los 4 mil millones de pesos.
Además de los malos antecedentes de esta dependencia, que
por cierto hay que recordar que tiene su propia área de construcción, así como
de infraestructura y una más que se encarga de administrar el Tren Maya, la
cifra que se maneja para Acapulco que quedó muy mal después del arrasador paso Otis,
resulta bastante pequeña si se le compara con lo que se invirtió en Ixtapa
Zihuatanejo, donde Fonatur invirtió más de 200 millones pero de dólares (que al
tipo de cambio de hoy serían unos 3 mil 600 millones de pesos), en la década de
los 70 solo para su creación, mientras que con Acapulco su relación ha sido
casi nula y el área territorial de inversión es mucho más basta que el diminuto
Ixtapa.
Los destinos consentidos de Fonatur siempre fueron Cancún, Ixtapa, Los Cabos, Loreto y Huatulco. Nada hace
suponer que Acapulco sea ahora sitio de su predilección, por lo cual, si se
mantiene la decisión presidencial de involucrarlo en la reconstrucción, se le
tiene que mantener bajo la lupa, y para eso nadie mejor que la alcaldesa
Abelina López Rodríguez, conocida por ser directa y hasta ruda en la gestión de
recursos y que es ella la autoridad en la zona de la inversión y un eje central
de su discurso ha sido la honestidad.
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