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EL FONDO DE LA VISITA DE CLAUDIA SHEINBAUM A ACAPULCO


Por Julio Zenón Flores

Aunque el primer motivo de la visita de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum a Acapulco sin duda es brindar todo el apoyo posible al otrora principal puerto turístico del país para recomponerse tras ser devastado por las lluvias de una semana provocadas por John, no es el único.

Y es que la información de que la ciudad está sin agua y sus accesos por tierra están pegados con alfileres, con pasos provisionales, tanto hacia la Ciudad de México como hacia la Costa Chica y la Costa Grande, la mandataria federal la había recibido ya de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien se ha convertido en un eficaz enlace con las dependencias federales para acceder a programas y recursos necesarios para la entidad. Por lo cual, la decisión de ayudar en esos rubros, que la misma Claudia Sheinbaum calificó como “urgente”, se podía haber tomado desde el propio Palacio Nacional, sin arriesgarse al pesado viaje por carretera, en una autopista en pésimas condiciones, así como a las críticas que generaría el no salir a caminar, como dictaría la norma populista.

En realidad, si Sheinbaum estuviera respondiendo solo a la emergencia provocada por John, hubiese bastado con enviar a los titulares de Conagua y de SICT, a quienes ya instruyó a que ayuden con todo al deteriorado puerto.

Entonces, ¿qué la hizo venir? Como canta Amaury Pérez, de la vieja trova cubana, en esa hermosa canción “Hacerte venir”, que en una parte de su letra dice “Si yo pudiera de donde estoy, ay, amor, hacerte venir, tener tu boca y tu corazón…”.

Tuvo que ser algo más profundo que ella ya traía, si no en el corazón, sí en la mente.

Ese “algo más profundo” tiene que ser su visión de incluir a Guerrero en el desarrollo económico del país que gobernará los siguientes seis años, como parte de ese sur hundido en la pobreza y en el abandono de los gobiernos que le precedieron desde Palacio Nacional o Los Pinos, cuyos titulares miraron hacia otra parte y crearon enormes polos de desarrollo en el norte, el centro, el occidente, el Bajío, el Centro y, más recientemente, en el sureste de México con un tren de largo kilometraje de vías, una refinería, hospitales de primer nivel, entre otros detonantes.

Sheinbaum Pardo tiene claro que, si bien el primer piso de la 4T se enfocó en desarrollar económica y socialmente al sureste, en el segundo piso le toca al sur, en el cual se encuentran Oaxaca, parcialmente incluida en el primer piso, y Michoacán, además de Guerrero, para poder cumplir con la máxima que rige el proyecto político creado por AMLO y ella misma, de “primero los pobres” y, fundamentalmente, porque ella es la primera persona que llega al más elevado poder político nacional, con una clara formación de izquierda, como lo demostró en su primera “mañanera” con la disculpa pública por la masacre de Tlatelolco en el 68.

Y por supuesto que nadie que se diga de izquierda puede dejar de mirar al sur, por justicia en primer lugar, teniendo además un ingrediente personal en ello: su relación estrecha con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, con quien desde antes de la campaña estableciera fuertes lazos de solidaridad de género y sororidad, además de una simple y clara amistad.

Para confirmar esa tesis solo hay que ver que se trajo a todo el gobierno federal al puerto de Acapulco. Literalmente a todos. No los hubiera traído si no tuviera planes de abordar desde todos los ángulos los alienantes problemas de la pobreza guerrerense.

Nótese, en ese sentido, que en el marco de la reunión ejecutiva sostenida entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y todos los integrantes del primer círculo del Gobierno de México y la gobernadora Evelyn Salgado, esta última ya había tenido encuentros previos con los nuevos titulares de la Secretaría de Marina, Raymundo Pedro Morales; de la Secretaría de Educación, Mario Delgado Carrillo; de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard; de la Sedatu, Edna Vega Rangel; de la Secretaría de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora; de la Secretaría de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, así como con el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla y la presidenta de Acapulco, Abelina López Rodríguez.

Arrancar con el tema del agua en Acapulco es la punta del iceberg: la presidenta viene con todo, y contará para ese cometido con una gran aliada, la gobernadora Evelyn, y la segura disposición de la alcaldesa Abelina, con quienes se tomó la foto del recuerdo y del testimonio de lo que viene.

Para cerrar este artículo solo recuerdo al lector que el presidente Carlos Salinas, el primer lugar que visitó fue Chalco, entonces el sitio más pobre y abandonado municipio de México, y lo convirtió en un emporio de desarrollo urbano. Que el presidente Vicente Fox visitó en primer lugar Cochoapa el Grande, en la Montaña de Guerrero, donde si bien no hizo un emporio urbano, sí sentó las bases para las primeras carreteras que unieron a la Montaña con la Costa Chica y se inauguró el primer aeropuerto en la Cañada.

Si nos equivocamos, el tiempo lo dirá.

xxx Editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo, especializado en periodismo político www.facebook.com/trasfondoinformativo, Youtube@JulioZenonFlores, Twitter@trasfondoin, e mal: zenon71@hotmail, Whatsapp 7441054888

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1 Comentarios

  1. Excelente publicación.solo me habría gustado de dijera, que Acapulco es por 2da vez dañado por los huracanes

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