Edarty Ramirez
Una presunta estafa o mal manejo de miles de millones de pesos del gobierno federal en Acapulco, parece saltar a la vista con el descubrimiento de miles de cubetas de pintura abandonadas en la Unidad Deportiva Acapulco.
Un proyecto que prometía renovar la imagen urbana de Acapulco, el programa "Pintemos Acapulco", se enfrenta a una severa crisis de abandono y desperdicio de recursos. Con un presupuesto de 857.4 millones de pesos destinados por el Gobierno Federal, se pretendía pintar las fachadas de 300 mil viviendas en Acapulco y Coyuca de Benítez, además de intervenir espacios públicos con murales artísticos.
El programa, lanzado oficialmente el 22 de agosto de 2024, tenía como objetivo concluir a finales de septiembre del mismo año. Entre sus metas se incluyó no solo la recuperación visual de la ciudad, afectada por el huracán Otis, sino también la construcción de una estrategia de paz en la región mediante la renovación de su entorno urbano. Para ello, se compraron más de siete millones de litros de pintura y casi dos millones de litros de sellador.
Sin embargo, a medida que avanzaba el cronograma, surgieron problemas logísticos y de organización. Brigadas de trabajo, compuestas por servidores de la nación, jóvenes del programa "Jóvenes Construyendo el Futuro" y artistas locales, comenzaron a enfrentar retrasos en la asignación de viviendas y en la distribución de materiales, hasta el punto de que la pintura y los insumos quedaron almacenados sin resguardo en espacios públicos, como las canchas de la Unidad Deportiva Acapulco.
El desperdicio es ahora evidente: cientos de cubetas de pintura, expuestas al sol y al calor, muestran signos de deterioro. Fuentes locales informaron que el trabajo se interrumpió abruptamente hace más de un mes, cuando se priorizaron otras acciones dentro del plan de reconstrucción, dejando al proyecto sin dirección clara ni protección para los materiales. De continuar la exposición, gran parte de la pintura podría quedar inutilizable, generando una considerable pérdida económica para el municipio y el gobierno federal.
La incertidumbre reina sobre la continuidad de "Pintemos Acapulco", mientras el abandono de los materiales resalta la urgencia de una revisión profunda en la ejecución de los proyectos de reconstrucción en Acapulco. Los habitantes, que alguna vez vieron este programa como un símbolo de esperanza y de recuperación, ahora observan la acumulación de pintura como un recordatorio de la necesidad de una administración más eficaz de los recursos públicos
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