Julio Zenon Flores
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, continúa fortaleciendo su liderazgo en un entorno político y social que se vuelve cada vez más complejo. Este 11 de diciembre, en Acapulco, durante la sesión de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, Salgado reafirmó su compromiso con la seguridad de su estado en un contexto tan desafiante como el de los festejos Guadalupanos. En esa reunión, donde se discutieron estrategias para garantizar la paz en una de las fiestas más importantes del calendario mexicano, la gobernadora recibió el reconocimiento público de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien no solo elogió su respuesta ante el desastre provocado por el huracán John, sino que también subrayó el eficaz manejo de la seguridad en Guerrero.
Este respaldo de la presidenta se suma a un momento delicado para Salgado, quien ha enfrentado no solo los retos de gobernar un estado marcado por la violencia y la desigualdad, sino también una fuerte ofensiva mediática. La 50ª sesión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, realizada en Acapulco el día anterior, estuvo marcada por una intervención de Sheinbaum en la que hizo un llamado a los mandatarios estatales a hacerse responsables de las Mesas de Coordinación para la Paz, a no delegarlas en ocasiones esporádicas y a convertirse en actores permanentes en la lucha contra la inseguridad. La referencia a Guerrero no fue casual, ya que Salgado es uno de los gobiernos que ha estado en el ojo del huracán por la creciente violencia en el estado.
Sin embargo, el reconocimiento presidencial no es solo un aplauso vacío; tiene un peso político considerable. En un momento en que algunos sectores del centro del país y redes sociales atacan a la gobernadora por supuestos asuntos personales y familiares, el respaldo de la presidenta da un espaldarazo a Salgado, desmintiendo los rumores sobre su renuncia inminente y sobre una supuesta boda con un funcionario de su gabinete. Rumores infundados que han circulado en los últimos días, algunos de ellos presentados como un medio para minar la figura de Salgado y, por extensión, la de su padre, el senador Félix Salgado Macedonio.
El senador ha sido objeto de rumores que lo vinculan con una posible candidatura a la gubernatura de Guerrero en 2027, lo cual ha generado un ambiente de especulaciones sobre la posibilidad de que Evelyn Salgado renuncie para evitar acusaciones de nepotismo y permitir que otro candidato, como la senadora Beatriz Mojica, se haga con el cargo. Estos rumores han sido desmentidos tanto por la gobernadora como por su padre, quien recientemente solicitó una licencia al Senado, pero no para involucrarse en una campaña política, sino para asistir al estreno de su película "Tétanos", que ha sido un éxito en el circuito internacional de cine.
Es claro que estos ataques no son casuales. La relación de Félix Salgado Macedonio con los procesos electorales en Guerrero ha estado marcada por controversias, desde los fraudes electorales hasta las disputas internas dentro de Morena. Los rumores sobre su influencia sobre la gobernadora y su presunta retirada se suman a una campaña más amplia que busca socavar la popularidad de los Salgado. En este contexto, la figura de Evelyn Salgado se ha visto sometida a una presión constante por parte de quienes, desde el centro del país y desde algunos sectores internos del partido, buscan empañar su gestión.
Sin embargo, el respaldo recibido de los altos círculos de poder del partido Morena, con la presencia de los 32 gobernadores en Acapulco y la intervención de Sheinbaum, envía un mensaje claro: tanto la gobernadora como su familia continúan siendo actores clave en la política guerrerense. La visita de los mandatarios y del gabinete de seguridad federal, junto con el aplauso presidencial, es también una señal de apoyo en medio de los vientos turbulentos que soplan desde los medios y las especulaciones políticas.
Lo que está en juego no es solo la seguridad de Guerrero, sino también el futuro político de Evelyn Salgado. En un estado donde la violencia y la inseguridad han marcado la vida cotidiana, su capacidad para mantener la calma, para gestionar las crisis y para responder a los ataques mediáticos, es lo que finalmente definirá su legado. En ese sentido, la gobernadora sigue navegando por un mar de incertidumbres políticas y sociales, pero con un rumbo claro: la paz y la seguridad para Guerrero, y el respaldo inquebrantable de un partido y de un gobierno federal que entienden que en la gestión de la violencia, las figuras de liderazgo deben mantenerse firmes, incluso cuando la tormenta mediática intenta sacudirlas.
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