La mañana del viernes 14 de diciembre, Ancelmo Álvarez y su perro Bolillo fallecieron electrocutados en el Ejido Chilpancingo, tras entrar en contacto con cables de alta tensión que se encontraban tirados en el suelo.
Vecinos de la zona habían solicitado con urgencia la intervención de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para atender el problema, pero la ayuda no llegó a tiempo. En un trágico momento, Ancelmo, sin advertir el peligro, tocó los cables, lo que provocó una descarga eléctrica que también alcanzó a Bolillo, quien estaba junto a él. Ambos murieron de forma instantánea.
El incidente causó consternación entre los habitantes del ejido, quienes lamentaron profundamente la pérdida de Ancelmo y su fiel compañero. Además, señalaron la falta de una respuesta rápida por parte de la CFE como un factor determinante en la tragedia.
En respuesta, las autoridades locales hicieron un llamado a reforzar las medidas de seguridad en el manejo de la infraestructura eléctrica y a agilizar la atención de emergencias para prevenir sucesos similares.
Por su parte, los vecinos exigen una investigación exhaustiva sobre el caso y acciones concretas para garantizar la seguridad en su comunidad, resaltando la importancia de que la CFE responda de manera oportuna ante este tipo de riesgos.
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