Por Julio Zenón Flores
La reciente disputa entre los líderes parlamentarios de Morena ha puesto de manifiesto las tensiones internas del partido, especialmente en torno a los supuestos contratos irregulares en el Senado durante el periodo de Ricardo Monreal. La diputada morenista Patricia Armendáriz ha arremetido contra el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en la Cámara Alta, Adán Augusto López, defendiendo a su coordinador parlamentario y calificando las acusaciones como una agresión torpe.
Armendáriz ha sido enfática en su apoyo a Monreal, describiéndolo como una persona honesta, eficiente, demócrata e incluyente. En sus mensajes, ha subrayado que las acusaciones de contratos irregulares son una calumnia y ha exigido pruebas que respalden dichas afirmaciones. Según la diputada, estas acusaciones no solo son infundadas, sino que también representan un ataque inexplicable contra un referente de unidad dentro del partido.
La diputada ha argumentado que la contratación de una empresa para la custodia de documentos estratégicos refleja un acto de responsabilidad, y no de irregularidad. En su opinión, estos documentos debían ser resguardados adecuadamente, y cualquier insinuación de que la cifra pagada por estos servicios esté inflada es una muestra de perversidad. Armendáriz también ha defendido la contratación de una empresa para el mantenimiento de elevadores, señalando que el servicio prestado es evidente y que cualquier afirmación en contrario es una mentira malintencionada.
Este conflicto interno en Morena pone de relieve las luchas de poder y las divisiones dentro del partido. La acusación de Adán Augusto López sobre los supuestos contratos irregulares ha sido interpretada por Armendáriz como un intento de desacreditar a Monreal y su gestión en el Senado. La diputada ha sugerido que estas acusaciones solo pueden entenderse en un contexto de perversidad, donde se busca minar la credibilidad y la unidad del partido desde dentro.
La disputa también refleja la complejidad de la política interna de Morena, donde las alianzas y las rivalidades juegan un papel crucial en la dinámica del poder. La defensa vehemente de Armendáriz hacia Monreal sugiere que hay facciones dentro del partido que están dispuestas a luchar por mantener su influencia y proteger a sus líderes de ataques que consideran injustificados.
En última instancia, este episodio subraya la necesidad de transparencia y rendición de cuentas dentro de Morena. Las acusaciones de contratos irregulares deben ser investigadas a fondo, y si se encuentran pruebas de irregularidades, deben tomarse las medidas adecuadas. Sin embargo, también es crucial que estas investigaciones se lleven a cabo de manera justa y sin prejuicios, para evitar que se conviertan en herramientas de lucha política interna.
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