El gobierno de Acapulco, a través de la Dirección de Ecología y Protección al Medio Ambiente, clausuró un edificio en la calle Ignacio Ramírez, en el centro de la ciudad, debido al vertimiento de aguas residuales en la vía pública, acción que representa un riesgo sanitario.
El director de la dependencia, Miguel Balleza García, explicó que personal del edificio utilizaba una bomba para extraer las aguas residuales desde el sótano y arrojarlas a la calle. Esta medida fue tomada tras atender denuncias ciudadanas y luego de que el procedimiento administrativo previo no fuera acatado por los responsables del inmueble.
Balleza García detalló que los encargados tienen un plazo de cinco días hábiles para resolver el problema. De no cumplir, podrían enfrentar una sanción económica de hasta 600 Unidades de Medida de Actualización (UMA).
"La ciudadanía debe entender que este tipo de prácticas no solo contravienen el reglamento, sino que también afectan al bienestar de la comunidad. El vertimiento de aguas residuales en la vía pública está estrictamente prohibido", señaló el funcionario.
Asimismo, informó que desde octubre a la fecha se han iniciado más de 70 procedimientos similares, de los cuales la mayoría han sido atendidos y solventados por los responsables.
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