Por Julio Zenon Flores
Trasfondo Informativo
Mientras la gran mayoría aplaude la promesa presidencial de 8 mil millones de pesos en un lapso de 6 años para crear un Centro Integralmente planeado en Acapulco, viéndolo como panacea al galopante deterioro del nivel de vida de sus habitantes, algunos no dejamos de ser escépticos y lo vemos como más de lo mismo. Como un eslabón más de la cadena depredadora que no ha dejado más que anécdotas para que los viejos le cuenten a los nietos.
El turismo, así como está no es una solución.
Me explico:
El turismo en Acapulco, a pesar de ser uno de los principales motores económicos del puerto durante décadas, no ha generado un desarrollo social equitativo y sostenible por diversas razones sociológicas, económicas y políticas. A continuación, se analizan estos aspectos:
1. Sociológico
Desigualdad social: El modelo turístico de Acapulco ha beneficiado principalmente a grandes cadenas hoteleras y élites locales, mientras que una gran parte de la población ha quedado relegada a empleos mal remunerados en el sector servicios (meseros, limpiadores, vendedores ambulantes).
Migración interna: La atracción de poblaciones rurales a Acapulco en busca de oportunidades ha incrementado los asentamientos informales y la precarización de los servicios básicos (agua, electricidad, salud, educación).
Segregación espacial: La dinámica urbana divide a la población entre zonas turísticas desarrolladas y áreas marginadas, perpetuando una falta de integración social.
2. Económico
Modelo extractivista del turismo: La dependencia de un turismo de sol y playa ha fomentado un modelo económico volátil y dependiente de temporadas altas. Esto ha generado ingresos que no se reinvierten en el desarrollo de infraestructura pública ni en programas de bienestar.
Pobreza estructural: La riqueza generada por el turismo no se distribuye equitativamente. Gran parte de los recursos quedan en manos de corporaciones internacionales, mientras que los pequeños negocios locales enfrentan dificultades para competir.
Falta de diversificación: No se han impulsado otros sectores productivos que complementen el turismo, lo que limita las oportunidades económicas para la población.
3. Político
Corrupción y mala gestión: Durante décadas, los gobiernos locales han priorizado proyectos turísticos de corto plazo sobre políticas de desarrollo a largo plazo, muchas veces con intereses personales o privados de por medio.
Inseguridad y violencia: La falta de un estado de derecho sólido ha permitido el auge del crimen organizado, afectando tanto al turismo como a la calidad de vida de los habitantes.
Falta de políticas inclusivas: No se han diseñado políticas públicas que integren a las comunidades locales en el desarrollo del turismo, dejándolas fuera de los beneficios directos.
Conclusión
El turismo en Acapulco no ha dejado un desarrollo social significativo porque ha sido gestionado bajo un enfoque elitista, excluyente y a corto plazo. Para revertir esta situación, sería necesario implementar políticas integrales que diversifiquen la economía, reduzcan las desigualdades y fortalezcan las instituciones locales. Además, la participación activa de la sociedad civil y el sector privado en este cambio es fundamental para garantizar un desarrollo sostenible.
En términos llanos: el CIP trae de fondo una política neoliberal que solo dará pie a cambios políticos en Acapulco, pero de éso escribiremos luego.
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