El descubrimiento de un crematorio clandestino en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, ha destapado la brutalidad del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Un joven que logró escapar del lugar relató que el sitio, conocido como "la escuelita del terror", albergaba a más de 200 reclutas sometidos a entrenamientos extremos y condiciones inhumanas. Muchos de ellos no sobrevivían y sus cuerpos eran incinerados en fosas improvisadas.
Indira Navarro, del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, dio a conocer el testimonio del sobreviviente, quien detalló que los reclutas eran obligados a enfrentarse en combates, y aquellos que no cumplían las expectativas eran asesinados y sus cuerpos quemados con gasolina. La existencia de este lugar se conocía desde hace al menos tres años, y aunque fue investigado en 2024, sus actividades continuaron.
Según la información revelada, los sobrevivientes del rancho eran enviados a Zacatecas y Michoacán como sicarios, donde debían demostrar su capacidad en combate antes de acceder a un entrenamiento más avanzado bajo la instrucción de exmilitares colombianos y kaibiles guatemaltecos. Las autoridades estatales y federales han iniciado investigaciones sobre este sitio, que es señalado como un campo de exterminio del crimen organizado en México.
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