Al menos seis elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano murieron y cinco más resultaron heridos tras una serie de ataques armados en Jalisco y Michoacán.
El primer enfrentamiento ocurrió en San Antonio de Rivas, Jalisco, donde dos agentes de la Guardia Nacional fueron asesinados y dos policías estatales quedaron heridos. Tras el ataque, se registraron bloqueos y la quema de vehículos en la región, lo que provocó un fuerte operativo de seguridad.
Horas después, en Chilchota, Michoacán, un grupo armado colocó ponchallantas en la carretera Morelia-Zamora, obligando a detenerse a un convoy militar. Al momento de descender de los vehículos, los soldados fueron atacados a balazos, dejando un saldo de tres militares muertos y dos heridos.
Los ataques, atribuidos al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se extendieron a seis municipios de Michoacán: Yurécuaro, Tanhuato, Tangamandapio, Chilchota, Chavinda y La Piedad. También se reportaron bloqueos y la quema de vehículos en diversas carreteras de la región.
Las fuerzas de seguridad federales y estatales implementaron un operativo por aire y tierra en busca de los agresores, aunque hasta el momento no se han reportado detenciones.
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